Pedro Sánchez asumió como presidente de España ante el Rey
El socialista Pedro Sánchez asumió como Presidente del gobierno de España tras prometer lealtad al cargo ante el rey Felipe VI, en el Palacio de la Zarzuela de Madrid, al día siguiente de desbancar al conservador Mariano Rajoy con una histórica moción de censura.

Por primera vez en democracia, el nuevo jefe del Ejecutivo prometió lealtad al cargo con la mano derecha sobre la Constitución y no sobre una Biblia, al decidir retirar los símbolos religiosos -también el crucifijo-, que tradicionalmente presidieron este tipo de actos en España. El Jefe de Gobierno hasta hace unas horas, Mariano Rajoy, asistió a la ceremonia junto a los representantes de los poderes del Estado. Ana Pastor, presidenta del Congreso; Pío García Escudero, presidente del Senado y Rafael Catalá, ministro de Justicia en funciones que actuó como Notario Mayor del Reino, quienes siguieron escrupulosamente el protocolo, aunque la contención de sus gestos disimuló la tensión y consternación al ser garantes y testigos del fin de etapa de Rajoy, con el que están fuertemente vinculados. Después del acto, Pedro Sánchez fue al Palacio de La Moncloa para una primera visita a la que será su casa y lugar de trabajo. A las once y dos minutos, Sánchez prometió cumplir y hacer cumplir la Constitución con un ejemplar de la misma abierta por el artículo 62, que regula el nombramiento de los presidentes de Gobierno. Algo nervioso, el dirigente socialista cumplió con el breve ritual tras hacer una ligera inclinación de cabeza ante el rey Felipe VI. Después hubo fotos, primero con el Rey y con los representantes de los poderes del Estado. Fue Sánchez quien se dirigió a Mariano Rajoy para estrecharle la mano y luego saludó con dos besos a la presidente del Congreso, Ana Pastor. El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes y del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, completaban el grupo. La forma inesperada en la que Pedro Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno, tanto para el Ejecutivo saliente como para él mismo, en virtud de la figura constitucional de la moción de censura, ha determinado la acción del jefe de Gobierno entrante como del saliente. Rajoy y su equipo tuvieron que aceptar en horas su salida del Gobierno, al contrario de lo que ocurre cuando se produce un relevo tras unas elecciones. Así lo reconocen en el Gobierno saliente, quienes cumplirán con lo estrictamente necesario, pero con una implicación mínima para dejar el peso del trasvase de poder a la Secretaría general de la Presidencia.