Un "arrepentido" condiciona el futuro de la presidente Rousseff

Mientras la presidente Dilma Rousseff destina todos sus esfuerzos a evitar un impeachment que ponga fin a su carrera, las declaraciones de un arrepentido en el marco de la investigación de corrupción en Petrobras la ponen, por un camino paralelo, más cerca del abismo político. El diario brasileño Folha de S. Paulo accedió a la información que consta en las declaraciones ante la Justicia de Otávio Marques de Azevedo, ex presidente de la constructora Andrade Gutierrez, y de otros 11 ejecutivos de la compañía, que fueron realizadas en febrero pasado y están bajo secreto de sumario. En un acuerdo de delación premiada con la Justicia, Azevedo dijo que las donaciones que hizo para las campañas electorales de 2010 y 2014 de Dilma contenían dinero sucio proveniente del esquema de corrupción de la petrolera estatal. De ser encontrada culpable, se revocará su mandato y se convocará a nuevas elecciones. Azevedo se encuentra cumpliendo un régimen de prisión domiciliaria y negocia un acuerdo de colaboración a cambio de una reducción de su pena, que todavía espera la aprobación de la Corte Suprema. Dilma, que ayer llamó a un "gran pacto" nacional, dijo que la declaración de Azevedo es una "filtración premeditada y dirigida" con el objetivo de "crear un ambiente propicio para un golpe", cuando faltan pocos días para la votación del juicio político en su contra en la Cámara de Diputados. En caso de anularse la formula presidencial se deberá convocar a elecciones en 90 días en el vecino país.