Gradara maravilla medieval
Un pueblo de renombre y destino de intenso turismo estival con muchos visitantes que se alojan a lo largo de la costa adriática, para disfrutar también de paseos culturales.

En las colinas al Sur de Romagna, cerca de la Riviera Adriática, adyacente a la frontera con Emilia Romagna se encuentra la ciudad medieval fortificada de Gradara, un magnífico ejemplo de arquitectura militar del siglo XIV.
El pueblo está perfectamente conservado en su interior y es una joya que sus habitantes cuidan con esmero. Gradara está rodeada por un muro exterior que está completado por una segunda muralla interior que rodea la fortaleza.
Para visitarla es preferible entrar por la puerta principal. Desde aquí es posible acceder a una sección de los caminos de ronda que proporcionan un recorrido de unos 400 metros, que da la posibilidad de una vista de toda la aldea y de las colinas circundantes.

La aldea no es muy grande, se desarrolla principalmente a lo largo de la carretera principal que conduce a la Rocca, hay otro dos callejones menores a derecha e izquierda del principal que discurren junto a los muros exteriores y luego se vuelven a unir ante la entrada de la Rocca. La calle principal, ligeramente cuesta arriba, es salpicada por tiendas para turistas y lugares como bares y restaurantes.
Siguiendo más adelante, se llega a la puerta de la segunda muralla, la de la Rocca. La puerta es flanqueada a la izquierda por una gran torre defensiva y a la derecha por el campanario de la iglesia de San Juan Bautista. En la parte superior de la puerta hay las clásicas aspilleras para los mecanismos de un puente levadizo, que sugieren la presencia de un antiguo foso que separaba la Rocca del pueblo.

Más allá de la puerta, se abre una pequeña plaza donde, hoy en día, se encuentra la entrada a la zona de la Rocca; mientras que a la derecha se encuentra la fachada del siglo XIV de la iglesia de San Giovanni Battista, en cuyo interior hay un interesante crucifijo de madera del siglo XVI.
La Rocca tiene una estructura de planta cuadrada con una imponente torre poligonal en el lado Noreste. Sus orígenes se remontan al siglo XII, pero fueron las familias Malatesta y Sforza quienes realizaron ampliaciones y modificaciones hasta los siglos XVIII y XIX.

Para completar la visión del pueblo se recomienda también pasear por las callejuelas secundarias que bordean las murallas exteriores, un agradable recorrido que lleva a turistas a sumergirse en la atmósfera del pasado.
La gradara de Dante
Gradara, en la provincia de Pesaro Urbino, en la región de Le Marche, es el destino para enamorados por haber sido el telón de fondo del desdichado amor relatado por Dante entre Paolo y Francesca, a quienes el Poeta encuentra en el Círculo de los Lujuriosos en su imaginario viaje por los tres reinos del Inframundo en su obra maestra la universal, Divina Comedia.
Dante describe el trágico amor entre los dos jóvenes en el Quinto Canto del Infierno con versos inmortales, como "Amor, ch’al cor gentil ratto s’apprende" y "Galeotto fu ‘l libro e chi lo scrisse", hasta el triplete que sanciona el mito romántico de Paolo y Francesca "Amor, ch’a nullo amato amar perdona", /mi prese del costui piacer sì forte, /che, come vedi, ancor non m’abbandona".
A pesar de colocar a Paolo y Francesca en el Infierno, como exige el pecado de adulterio, Dante contempla con benevolencia el amor desgraciado entre los dos jóvenes, hasta el punto de conmoverse con el relato de Francesca hasta el desmayo: "Mentre che l’uno spirto questo disse/l’altro piangea; sì che di pietade/io venni menni così com’io morisse. E caddì come corpo morto cade".
Pero, ¿quiénes eran Paolo y Francesca y qué hay de cierto en la historia que cuenta Dante? En la época de Dante la historia estaba en boca de todos y el poeta probablemente la conoció a través de Bernardino da Polenta, hermano mayor de Francesca, con quien había combatido contra los aretinos en la batalla de Campaldino en 1289, pocos años después de la muerte de los dos desafortunados jóvenes en 1285.
Sin embargo, es Boccaccio quien define los contornos de la historia y la transmite tal como la conocemos hoy. Todo comenzó cuando la joven Francesca da Polenta, hija del señor de Ravena Guido, fue dada en matrimonio por razones políticas a Gianciotto Malatesta, hijo de Malatesta da Verrucchio, señor de Rímini. Gianciotto era feo y deforme y Francesca se enamoró de su hermano menor Paolo.
Dante imagina que la pasión entre ambos estalló mientras leían un libro que narraba el amor prohibido entre Lancelot y Ginebra. La Rocca di Gradara, propiedad de la poderosa familia Malatesta, es identificada como el escenario de la triste historia.