¿Por qué calla el papa Francisco sobre Venezuela?

- En lugar de hacerse eco de las demandas de los obispos, el Papa hizo una declaración increíblemente anodina en su homilía del 14 de julio, pidiéndole a Dios que "inspirar e iluminar a las partes" para que puedan "llegar cuanto antes a un acuerdo" para resolver la crisis venezolana. Lejos de presionar a Maduro, la declaración del Papa parecía hecha para complacer al dictador venezolano. Maduro ha pedido a menudo un diálogo con la oposición, pero siempre ha utilizado esas conversaciones para ganar tiempo y desactivar las protestas contra su régimen. ¿Por qué es tan timorato el Papa sobre la crisis humanitaria de Venezuela? Hasta hace poco, uno podría haber especulado que era porque quería desempeñar un papel útil como mediador en la crisis venezolana. Pero después de varias negociaciones lideradas por el Vaticano, el Papa aprendió por las malas de que Maduro no estaba negociando de buena fe. El Papa admitió eso en una carta a Maduro del 7 de febrero que se filtró al diario italiano Corriere della Sera. En esa carta, el Pontífice escribió que todos los intentos anteriores para llegar a un acuerdo habían fracasado "porque lo que se había acordado en las reuniones no fue seguido por gestos concretos para implementar los acuerdos". La declaración del papa Francisco el 14 de julio es aún más censurable porque, además de venir tras la declaración de la Conferencia de Obispos de Venezuela, se produjo después del devastador informe de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, sobre los asesinatos en masa en Venezuela. El informe de la ONU citó al menos 6.856 muertes sospechosas de opositores políticos venezolanos entre enero de 2018 y mayo de 2019, la mayoría de las cuales fueron ejecuciones extrajudiciales. Como argentino, el Papa debería saber muy bien que esta cifra es mayor que ninguna registrada en otro país de la región desde los días de las dictaduras militares de Argentina y Chile en los años setenta. En rigor, las cifras de la ONU sugieren que el régimen de Maduro ha matado a más opositores en los últimos 17 meses que el dictador chileno Augusto Pinochet en sus 17 años en el poder. Después de la declaración de los obispos venezolanos y del informe de Bachelet, no hay excusa para que el Papa siga sin criticar los asesinatos masivos del régimen venezolano. Si el Papa todavía está esperando jugar un rol de mediador o garante de un acuerdo político, lo menos que podría intentar es hacerse eco del llamado de los obispos venezolanos y pedir elecciones libres lo antes posible, para resolver la crisis política que escaló desde la elección ilegítima de Maduro el año pasado. Pero el Papa ni siquiera está diciendo eso ¡Debería darle vergüenza!