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Cenit y Nadir de la Historia Militar de Corrientes (IV)

Según una frase atribuida al Mariscal Ferdinando Foch, "a la guerra se va con lo que se sabe y se hace lo que se puede", algo que, por lo poco o mucho que contenga de verdad, creo que es plenamente aceptable al intentar evaluar aquella "Campaña de Corrientes" de los Ejércitos Aliados en guerra contra el Paraguay en 1865.
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En la nota anterior intenté reseñarla, quedando en veremos redondear una interpretación que fuera algo más que un anticipo razonablemente objetivo. En ese tren, vistos un poco como línea de tiempo, esos siete meses grosso modo que transcurren desde que el ejército paraguayo invade nuestra provincia, hasta que sus últimos hombres, arreando todavía los ganados robados, cruzan nuevamente el Paraná para no retornar, adquieren un ritmo febril ante nuestros ojos, con el estampido del cañón y las descargas de fusilería oscureciendo con el humo de la pólvora mes a mes distintos puntos de la geografía provincial, y un sinfín de acciones menores hostilizando sistemáticamente la retaguardia del invasor, al modo de marigüíes pertrechados sobre todo con lanzas y sables, siempre dispuestos a dar buena cuenta del paraguayo que se separase de su unidad, o de las patrullas que imprudentemente forrajearan sin maniobrar con los efectivos suficientes. Ya no hablo aquí de combates como la desesperada intentona de defender el puerto el 13 de abril, bautismo correntino de fuego, ni de las acciones célebres enunciadas: el 25 de mayo con unos pocos, muy pocos correntinos codo a codo con Paunero y los suyos, o el combate naval de Riachuelo, donde cobra fama nuestro práctico a bordo del Amazonas y punto, ni de Capón Paraguayo cuando Reguera recobra las Misiones. Quiero hacer hincapié en el sistemático Go and touch, de aquellas guerrillas correntinas, en especial las empedradeñas, que la leyenda rescata como las más virulentas a la hora de caer sorpresivamente sobre los

1865. FICHA ANTROPOMÉTRICA.
1865. FICHA ANTROPOMÉTRICA.

paraguayos, y a los escuadrones del general Nicanor Cáceres, ducho en esas acciones irregulares, siempre en distancia de morder y escapar del enemigo, intensificando ya sus descubiertas a mediados de octubre contra las retaguardias del general Resquín, hostilizándolas en plena retirada sobre las márgenes del Arroyo González y a la altura de Pehuajó. ¿Cómo están compuestos esos elementos correntinos que a primera vista parecen un poco cualquier cosa menos una fuerza reglada? Después de la batalla de Caseros, el 28 de abril de 1854, Urquiza da vida por Decreto a la Guardia Nacional, y además comienza a organizar un ejército nacional, creando incluso el primer Colegio Militar en San José, y requiriendo de las provincias el envío de hombres, armas y pertechos. Coadyuvando a la formación de ese ejército, el 19 de mayo de 1856, un decreto de Juan Pujol, circulado a los jefes militares departamentales, ordena la formación de pequeños contingentes con destino al "regimiento de veteranos nacionales", sobre la base de "los jóvenes más aptos... aquellos que hagan menos falta en los departamentos... porque no tengan un destino cierto y oficio, cuanto porque sus padres tengan más de dos hijos y sin darles ocupación alguna". El decreto pide 10 hombres, y ordena concentrarlos en San Roque, "con pesar de su corazón" del gobierno, que afirma tomar tal medida "porque los individuos del escuadrón de veteranos nacionales... al saber que las autoridades nacionales los llaman han principiado a desertarse llenos de cobardía, dando a la nación el ejemplo más triste de los hijos de Corrientes". El 26 de agosto, un nuevo decreto urge al Jefe del Batallón a iniciar la marcha "irremisiblemente" para incorporarse a la reserva del Ejército Nacional, se le previene sobre los envíos de vestuario y movilidad, y se le advierte que cualquier demora le acarreará "un grave cargo de responsabilidad formal". Ese escuadrón se bate en Cepeda, con un desempeño tal que el gobierno de la provincia lo recompensa con una suma en metálico acorde al grado y situación de cada integrante, hasta la suma de $200.

GUARDIA NACIONAL. LEY DE ENROLAMIENTO.
GUARDIA NACIONAL. LEY DE ENROLAMIENTO.

A principios del año siguiente, desde Paraná, el Ministerio de Guerra y Marina ordena designar un Jefe del ejército nacional que resida en Corrientes para empadronar a la Guardia Nacional de la Provincia, su armamento, equipo y demás. En abril de 1857, el Gobierno correntino, para el equipamiento de ese ejército nacional, remite 28 piezas de artillería de diferentes calibres y naturaleza (obuses carronadas- cañones) ya sea con sus cureñas o los tubos. También 6 armones, granadas, balas y tarros de metralla en cantidad, los atacadores, cucharas y saca tacos; 500 fusiles y 10 cajones de fornituras (correajes). En ese mismo mes, el presidente Derqui requiere a la provincia que organice un piquete de 30 hombres con sus oficiales, que se considerará parte del escuadrón enviado al Ejército nacional, y estará afectado a la custodia de los yerbales en Misiones, en la zona de San Javier. En junio, Pujol ordena enrolar a todos aquellos aptos para prestar servicios de guardias nacionales, entre 16 y 60 años "sea cual fuere su ocupación y destino". Exceptuados: los empleados estatales "de cualquier clase que sean". Es interesante puntualizar que un informe médico de 1859, considera muy bueno el estado sanitario de los guardias, que al parecer realizaban sus "ejercicios doctrinales" en el Campo de Marte (parque Mitre), habiendo algunos de ellos contraído afecciones menores por vadear continuamente el riacho de la Batería. El piquete que custodia la capital, por aquellos años y también en base a contingentes es aumentado a batallón con el nombre de "Integridad". La jefatura de esa fuerza en el futuro adquirirá un valor decisivo a la hora de dirimir disputas por el poder. Su primer jefe, el Coronel Wenceslao Martínez, no trepidará en usarlo para derribar al gobierno que se presume custodia. Al poco tiempo de librada la batalla de Pavón, en 1861, el gobierno federal del Canónigo Rolón, por no existir "todavía una ley general de organización, armamento y disciplina" reglamentando lo prescripto por la Constitución Nacional , da un Decreto de una veintena de artículos que, en lo substancial, impone un plazo perentorio de 8 días para enrolarse o renovar la papeleta a la GN de la capital, y 20 días para los habitantes de la campaña, obliga a dejar personero a quien solicite licencia temporal, establece el servicio en el ejército de línea como pena para los infractores de toda índole; exige la concurrencia y participación a todas las

SANTIAGO BAIBIENE.
SANTIAGO BAIBIENE.

citaciones, formaciones, paradas, ejercicios, etcétera; especifica los controles a realizar por los distintos mandos; modifica el formato de las papeletas, pauta el uso permanente del uniforme, establece las excepciones al servicio, organiza un tribunal castrense para imponer las penas por faltas graves, señala el proceder ante delitos comunes, el régimen de enfermedades, licencias y proceder en casos de deserción. En esencia, esa es la Guardia Nacional que sale a campaña contra el Paraguay, en el marco de la Ley que firma Mitre, el 5 de junio de 1865. Volverán años más tarde. Recién el 8 de enero de 1870, el Gobierno correntino podrá sancionar un Decreto "declarando feriado el día de la llegada de la Guardia Nacional que regresa del Paraguay". Es el primero que firma un coronel llegado poco antes del campo de batalla: Santiago Baibiene. El 26 de enero, una nueva norma ordena "funerales en honor de los valientes guardias nacionales que han muerto en la campaña contra el tirano del Paraguay". Se anuncia la asistencia del PE, y sus empleados, invitando a las exequias "a los demás poderes públicos, corporaciones y autoridades nacionales y estranjeras" para "asociarse a esta justa demostración de dolor". Y bien, esperaba dar cima en esta oportunidad a mi basta reseña de nuestro proceso histórico militar. Debo cerrar empero dejando por narrar cómo esos hombres templados definitivamente picando retaguardias en la Campaña de Corrientes y batiéndose a muerte desde el Cuadrilátero hasta la Cordillera, van a emplear todas las artes marciales aprendidas, los unos contra los otros. Federales contra unitarios. Piragües contra Caramburús. Autonomistas contra liberales.