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La identidad mariana de Argentina

Ser humano equivale a tener identidad. Y la identidad es la pertenencia. La verdadera proviene del interior y lucha por lograr la armonía entre sus raíces, su historia y proyección. Esto cultiva y muestra la auténtica identidad sin retaceos o negaciones.
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En nuestra Patria y en nuestra Historia, María ocupa un lugar privilegiado que nadie puede desconocer, desde la colonización hasta los venturosos días de Mayo de 1810. Y aún antes de esta postrera época, eran de dominio público las historias de nuestros grandes santuarios marianos: Itatí, del Valle, Luján. Se sabía que algunas de nuestras ciudades más importantes tenían patronímicos de advocaciones marianas: Buenos Aires, Rosario, Mercedes, Pilar. Hasta los textos escolares recordaban algunos actos de piedad mariana practicado por nuestros próceres: los de Liniers, cuando las invasiones inglesas; los de Belgrano al crear la bandera nacional y otros como después de la batalla de Tucumán; y los de San Martín en Mendoza al consagrar el Ejército de los Andes a la Virgen del Carmen; y otros que expresan el acervo mariano de nuestro devenir como Pueblo y Nación que lo identifican.

Las centenarias y permanentes peregrinaciones a los santuarios marianos del país. La poesía popular tan abundante y elocuente nacida en las multitudes de argentinos que visitan a María. Y estas coplas brotadas tan espontáneamente de los corazones criollos constituyen uno de los más valiosos testimonios de la devoción e identidad mariana de nuestro pueblo. Y tal como lo expresara José Hernández: "Gracias le doy a la Virgen, gracias le doy al Señor, porque entre tanto rigor y habiendo perdido tanto, no perdí mi amor al canto ni mi voz como cantor".

Teniendo los hechos que jalonaron nuestra historia, ¿se puede negar como correntino y argentino nuestra identidad mariana?
Teniendo los hechos que jalonaron nuestra historia, ¿se puede negar como correntino y argentino nuestra identidad mariana?

Es interesante decir que el primer navegante cristiano que surcó las aguas del gran río Paraná fue Sebastián Gaboto en 1527, y consagró el río Paraná al Patronazgo de la Virgen del Rosario. Y todas las ciudades importantes ubicadas a la vera del río Paraná, tienen como patrona a la Virgen del Rosario. En 1983 la Virgen María del Rosario en San Nicolás de los Arroyos, le da mensajes a la señora Gladys Motta, cuestión estudiada y aprobada por la Iglesia. Y en el segundo mensaje la Virgen del Rosario le dice: "Haced valer mis derechos, soy Patrona de estos lugares". Lo que demuestra claramente que esa consagración a la Virgen en 1527 por Sebastián Gaboto tiene plena vigencia permanente. Y este hecho, 456 años más tarde, la propia Virgen María se encarga de recordar que es nuestra Madre y Patrona. Gaboto remontó el río Paraná en 1528 hasta llegar a la desembocadura del río Paraguay, a pocos kilómetros de lo que luego sería el lugar en 1588 de la fundación de la ciudad de San Juan de Vera de las Siete Corrientes. No entró al río Paraguay y al encontrar un puerto natural en la costa del Paraná atracó sus naves e hizo inspeccionar todos los lugares y esteros de la zona a los que denominó: Esteros de Santa Ana. Hizo muy buena amistad con el Yaguarón, cacique de los guaraníes, y dejó varios sacerdotes franciscanos para evangelizar a los nativos. Y es así como se fundaron varias reducciones, siendo una de ellas la que dio origen a la de La Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí. Teniendo en cuenta esto y otros hechos que jalonaron nuestra historia, ¿se puede negar como correntino y argentino nuestra identidad mariana?

La sed de pertenencia está en el corazón de nuestra naturaleza. Y pertenecer es tener raíces, historia y proyección; es decir, tenemos identidad. Y cuando negamos nuestra identidad con actos irresponsables, nos atrofiamos y nos encerramos en nosotros mismo, en nuestro egoísmo, porque diciendo ser sabios nos volvemos necios, al no aceptar la verdad que marcan los hechos objetivos de la realidad. Por estas razones y otras, rechazamos la actitud del Decano de la Facultad de Derecho de la UNNE, quien resolvió hace poco tiempo,  que una imagen de la Virgen de Itatí, Patrona del Nordeste Argentino que estaba desde hace años entronizada a la entrada de la alta casa de estudios, fuera retirada. Hecho inconsulto que atenta contra la identidad y el sentimiento profundo de los nordestinos que allí estudian.

Y la realidad de nuestra identidad muestra con transparencia la presencia de María no sólo en la historia pasada de nuestra Patria, sino en el devenir constante del presente. Por eso se puede afirmar: ¡ser argentino y correntino es ser mariano!

María es el camino más seguro, más fácil, más corto y más perfecto para llegar a Cristo, nuestro salvador.

Y esta identidad mariana no sólo es una cuestión de fe, sino también personal, familiar, social que fluye desde lo más íntimo de todo argentino y correntino. Porque María es el regazo amoroso de una madre que acoge a todos sin excepción para darnos su consuelo, su misericordia, su mediación, su esperanza y su ayuda. Y esta relación crea el espacio espiritual de la oración que lleva el grito inocente del corazón cubriendo grandes y vastas distancias. Por esto en el espacio espiritual la huella que deja la oración puede atravesar cualquier distancia reteniendo así la intensidad de la pertenencia, de la identidad.

Y cuando no valoramos esta realidad y abandonamos su belleza, transitamos senderos con horizontes chatos y manantiales secos. Ya no caminamos sobre la tierra con admiración. Hemos adquirido el boleto fatal. En lugar de ser huéspedes respetuosos y valorativos de la creación y su orden natural, nos hemos convertidos en pasajeros de un tren incontrolable de la postmodernidad con ideas, formas y actos que oscurecen las ventanillas y no podemos ver hacia afuera de esta imagen creada para domesticarnos, en una vida plena de contrariedades y sinrazones que se opone al Orden Natural y al sentido común de todo ser humano. Y al darnos cuenta, aunque quisiéramos descender, parece que nadie puede detener el tren. Y al dejar que nuestros días caigan como cáscaras vacías, perdemos los tesoros, la grandeza y la dignidad de ser a imagen y semejanza del Creador. Necesitamos con urgencia recuperar nuestra capacidad de reverencia hacia lo maravilloso de la vida humana que es el amor en la realidad de un hombre y una mujer que continúan la creación primera hacia la plenitud que sólo se logra viviendo la trascendencia de nuestra existencia y no destruyendo por medio de una cultura de autopercepción lo natural de nuestra naturaleza. Hoy se propone y se exige nuestra desnaturalización, por eso se desprecia la identidad cristiana y mariana de nuestra Patria.

Y la explicación está en lo que se denomina perspectiva o ideología de género, que en Europa, Canadá y EEUU han echado raíces para destruir nuestra identidad natural de personas, de familia y sociedad. Definimos a la ideología de género como el conjunto de ideas anticientíficas que con propósitos políticos, desarraigan a la sexualidad humana de su realidad natural y tratan de explicar a la sexualidad por la cultura, pasando a ser una realidad autoperceptiva de relaciones culturales; es decir, cada uno hace de su sexualidad lo que dice percibir o querer, en contraposición a la sexualidad natural. Y la persona humana como la familia no es una cuestión ideológica, porque es de orden natural, sin la cual no puede existir vida humana. Y con esta ideología de género lo que se quiere es destruir el orden natural, trastocar y degenerar la sexualidad de las personas  y arrasar con la familia. Veamos unos ejemplos: en Holanda ya hay proyectos de aceptar la pedofilia y permitir la pornografía infantil. En Suecia permitir legalmente sexo con animales y muertos. En EEUU la organización Nambla trabaja activamente para lograr en ese país lo apuntado arriba.

Y esta ideología de género fue oficialmente impuesta por este Gobierno nacional y anunciada por el propio presidente como materia obligatoria en todas las escuelas argentinas para que a millones de nuestros niños les enseñen que no nacen varón o mujer, que deben elegir entre más de 100 posibilidades de sexo lo que desean ser. Y mientras no hay dinero para lo esencial como la salud y otros, se toman créditos millonarios extranjeros en dólares para implementar la ideología de género en nuestra Patria. Esto constituye la encrucijada más dramática en la historia Argentina que arrasa con la Patria Potestad de los padres que es de derecho natural y constitucional  que luego será una ley mordaza, porque los padres pierden sus derechos con sus hijos. Y además esto convertirá a las escuelas argentinas en verdaderos antros de corrupción moral ¡¡Es burlarse y apostatar del Creador!!

Y así nos damos cuenta que hoy es difícil vivir un parejo estado de espíritu, porque lo grave e innegable es que el mundo actual, como nunca, se halla en un franco proceso de desdivinización. Dios ya no cuenta. Se lo aparta de todo. El hombre no acepta su condición de creatura porque se montó sobre el éxito del progreso,  de la vanidad, del  libertinaje del mundo, gracias a la pérdida del realismo, y se debate en el  gran naufragio de los supremos y eternos valores y decide valerse por sí mismo. Por tanto se arroga el derecho  de imponer sus deseos a la misma Divinidad Creadora. Es el "Non serviam",  "No te serviré" de Lucifer. Es decir, quienes así actúan responden al padre de la mentira. Es la suma de la soberbia del hombre contra su Propio Padre. Es la profanación más inicua y el efecto más incomprensible de la cultura de la muerte. Es la mejor expresión junto a otras, de la acción desembozada de la Internacional Maligna, de Lucifer.

Roguemos  a María su auxilio maternal frente al mayor de los crímenes: Renunciar y combatir al Dios Creador y escandalizar a los niños.