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Miscelánea en honor al Colegio Nacional de Corrientes

Durante la mayor parte de su dilatada historia de prácticamente siglo y medio, el Colegio Nacional de Corrientes ha sido el establecimiento de educación secundaria de mayor prestigio de la provincia.
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Durante la mayor parte de su dilatada historia de prácticamente siglo y medio, el Colegio Nacional de Corrientes ha sido el establecimiento de educación secundaria de mayor prestigio de la provincia.

El jueves 2 de agosto de 2018 se cumplió un nuevo aniversario de la iniciación de las clases, porque como sabemos, fue creado por decreto del entonces presidente Sarmiento y su Ministro Avellaneda, el 7 de mayo de 1869, "instalado" con toda solemnidad el 9 de julio de ese año, en un acto por todo lo alto, pero recién se pudo dar clase el 2 de agosto, por razones que se me antojan especiosas, puesto que difiere la falta de textos argumentada por Fitz Simon, su primer rector, con las carencias estructurales y falta de mobiliario que denuncia Mantilla en su célebre "Crónica".

Atrás habían quedado también sucesos que el paso del tiempo y la generosa capacidad de imaginar de las generaciones sucesivas bordan como auténticos mitos, historias fabulosas de los comienzos que desdibujan el viaje transatlántico de Fitz Simon, al que los Anales del Colegio narran trastocado por azares providenciales que frustran una primitiva singladura hacia el Canadá y tuercen su designio de dirigirse al Brasil, por una epidemia de fiebre amarilla en Río de Janeiro. Del mismo modo, en realidad no hace sus primeras armas en la docencia en Flores, sino que ha dirigido un colegio 19 años en Londres. Licencias románticas que hacen todavía más gustosa la conocida anécdota de Sarmiento y Guastavino, haciendo saltar las copas de cerveza alemana sobre la mesa. El sanjuanino, afirmando que "por debajo del ruedo del pantalón a la inglesa se veía deslumbrar el encaje del clásico chiripá", por lo que no tenía sentido instalar en Corrientes un Colegio Nacional. El correntino, airado, respondiendo a grito herido después de alzar el puño que "yo conozco, señor, mi provincia y aseguro a usted que la capacidad intelectual general del hijo de sus campañas no es inferior al de las otras provincias…" y el General Gainza, aprovechando su sordera para bajar los decibeles, sosteniendo que estaba bien que gritasen porque así él podía enterarse de qué decían. La historia, hermosa historia, quiere que todo haya terminado entre risas, con el compromiso presidencial de instalar el Colegio a la brevedad.

Por cierto, no es la intención de esta nota reiterar sucesos conocidos. La fama del Colegio Nacional ha poblado los textos y el mismo mundo digital de cuantos elementos de juicio puedan tentar a los interesados. Quiero sí, hacer referencia a cuestiones que creo menos difundidas. La primera de ellas, la relevancia de nuestro histórico Colegio como antecedente de la educación técnica en la provincia.

Según Nancy Escobar, en una interesante publicación alzada a la WEB, desde el vamos Fitz Simon muestra "su interés por brindar una educación práctica a los jóvenes correntinos".

1892. TALLER DE SLODJ O TRABAJO MANUAL.
1892. TALLER DE SLODJ O TRABAJO MANUAL.

Escobar afirma que "entre sus propuestas se repetía la de impartir conocimientos sobre agricultura y horticultura, además de la enseñanza de materias industriales y comerciales. Este último tema era caro a las concepciones del rector irlandés, quien supo ser un impulsor de la educación técnica en Argentina durante los comienzos del siglo XX.

La respuesta para él era sencilla: la falta de un programa de estudio que contemplara la educación práctica. Esta posición lo acompañaría a lo largo de su gestión en el rectorado y estaría presente en la casi totalidad de sus informes elevados al Ministro de Instrucción Pública".

Con tamaño antecedente, no sorprende que en el año 1892, Juan Bautista Ambrosetti, de paso por Corrientes, nos haga saber que nuestra provincia, por mor de su Colegio Nacional, ha sido realmente la pionera en impartir educación técnica a partir de la enseñanza del "slodj" o trabajo manual, a través de docentes de origen sueco.

 Ambrosetti, narra que "en el hotel en el que nos hallábamos, me encontré con los señores profesores normales: Porfirio E. Rodríguez y Mardonio Leiva, ambos enviados, el primero por la provincia de Buenos Aires y el segundo por la de San Juan, a objeto de estudiar prácticamente en el Colegio Nacional de Corrientes, la enseñanza del trabajo manual en las escuelas.

Como aún disponía de tiempo, a invitación de ellos visité el establecimiento mencionada. En un gran salón anexo al colegio se halla instalado el Taller que tan acertadamente dirige el profesor Sueco D. Carlos M. Hordht.

Junto a una serie de bancos de carpintería, los alumnos, llenos de interés y atención, seguían el progreso de sus respectivas obras, solos, recibiendo de vez en cuando alguna observación bondadosa de su profesor…esa cantidad de pequeños hombres trabajando todos con gusto y entusiasmo, aserrando madera, manejando el formón, el cepillo y demás herramientas útiles, interesados en llegar al fin de la obra, me hicieron vislumbrar íntimamente el grandioso porvenir que nos espera, el día en que el slodj o enseñanza del trabajo manual esté difundido en todo nuestro territorio.

"…El trabajo manual enseña y acostumbra a la democracia, al respecto (SIC) por el hombre trabajador y honrado, abriendo las puertas del gran templo de la igualdad, fraternidad y libertad y sirviendo al mismo tiempo de elemento de selección de los elementos buenos de toda sociabilidad.

Nuestro y todo el porvenir está en el trabajo, fuera de él no puede haber progreso posible, así que deseo con toda la fuerza de los buenos sentimientos que pueda tener un buen ciudadano, que la enseñanza del trabajo manual en las escuelas se difunda por todos los ámbitos de la República, a fin de preparar las generaciones venideras aptas para luchar por la existencia.

Las provincias de Buenos Aires y San Juan, al enviar sus profesores a Corrientes para plegarse a este gran movimiento evolutivo de la educación moderna, cuya iniciación se debe a la heroica Corrientes, merecen un aplauso unánime y es de desear que su ejemplo sea seguido por todas las provincias hermanas".

1910. BATALLÓN DE PATRICIOS FORMADO ANTE EL COLEGIO.
1910. BATALLÓN DE PATRICIOS FORMADO ANTE EL COLEGIO.

Tiene pues el orgullo nuestro Colegio, de haber sido institución de avanzada en materia de enseñanza técnica.

Vale igualmente recordar el célebre partido de fútbol con los ferrocarrileros ingleses del Empedrado, también pionero, con un jefe de policía digno de don Frutos Gómez, prohibiendo prima facie el encuentro porque un agente no demasiado instruido había confundido las remeras y pantalones cortos de los "gringos" con calzoncillos y camisetas.

También la "rebelión estudiantil" de 1896, contra el rector Tomás Bird y el vicerrector Juan Barrios, en la que tanto entre los docentes que sostienen a las autoridades escolares - Balbastro, Figuerero, Hordt, Lotero, Caussat, Beltrán,  Billinghurst -, como entre los alumnos soliviantados - Blanco (el padre de la UCR correntina), Abelenda (el célebre juriconsulto), Méndez (legendario rector del Colegio Nacional de Goya), Vargas Gómez (célebre ministro de Irigoyen) -, reconocemos nombres de grandes correntinos.

Finalmente, y una vez más muy breve dada la tiranía del espacio, la escasamente conocida actuación del Colegio durante los festejos del centenario como "Batallón de Patricios", cuando los profesores fungieron de oficiales y los alumnos de soldados, mediante su reconocimiento como "cuerpo militar", otorgado por el gobierno de Juan Ramón Vidal por Acuerdo del 23 de abril de 1910. Previamente, el día 16, el gobierno había contribuido económicamente para la confección de la Bandera del Batallón, mientras que los uniformes y fornituras corrieron por cuenta de los integrantes.

Dado que el "Acuerdo" habla de "la juventud de esta capital" y no específicamente de los alumnos del colegio, cabe presumir que no todos los miembros del Batallón lo eran, pero sí que revistaban algunos que sin serlo, eran miembros de un determinado grupo social y estaban en condiciones de pagarse los uniformes.

En fin, no es menos romántica, la "clase magistral" para la cual viaja especialmente a Corrientes el ya anciano Santiago Fitz Simon, celebrando el cincuentenario del colegio en la misma aula en que la diera por primera vez, mientras en los bancos se sientan oyentes ilustres: Vidal, Contte, Robert…