Tal vez llegó el momento de que Boca Unidos apueste a las inferiores

Con la derrota del lunes 30 de abril ante Sarmiento de Junín, se consumó el descenso de Boca Unidos, que en el segundo semestre de este año empezará a jugar en una categoría inferior: el torneo Federal A. Un traspié deportivo que debe dejar sus enseñanzas, con la "mea culpa" de los involucrados, llámese dirigentes, jugadores y cuerpo técnico, algunos con más responsabilidades que otros. La pérdida de categoría no se concretó por la performance del equipo en la temporada próxima a finalizar, se empezó a gestar mucho antes. Fue a partir de la llegada a la conducción técnica de Omar Labruna y quienes lo sucedieron luego: Federico Domínguez, Christian Bassedas y Víctor Genes. Todo ello ocurrió (a excepción de los 54 puntos logrados con Paolo Montero de entrenador en el 2016) entre el 2015 al 2018 en que los resultados no fueron los esperados y a pesar de que con la llegada de Carlos Mayor, a principios del 2018, Boca Unidos mejoró la campaña logrando 18 puntos en 12 partidos y luchó hasta la última fecha, no pudo evitar la pérdida de la categoría. En cambio, antes, en la primera rueda con Bassedas al frente un par de cotejos y luego Víctor Genes, solamente sumó 6 en igual cantidad de encuentros. Con el descenso decretado, hoy la pregunta es ¿Boca Unidos debe seguir incorporando muchos jugadores de refuerzos, que a la larga varios de estos no cumplen con las expectativas, o promocionar a más jóvenes de las inferiores, sumándolos al plantel de primera división? Anteriormente, tanto Mandiyú (fines del 80 y principio del 90) como Huracán después, representaron a Corrientes en torneos de la máxima categoría del fútbol argentino y mirando los integrantes del plantel eran contados con los dedos los jugadores correntinos, tal vez debido al escaso interés que tuvieron para encarar un proceso formativo en las inferiores. Algo que Boca Unidos trató de suplir y contrató a exfutbolistas del club iniciando un proyecto serio en el semillero de la institución. Todas las categorías con sus respectivos técnicos y profesores de educación física fueron dándole forma a un buen trabajo con los chicos y jóvenes, que paulatinamente fue dando sus frutos y varios de ellos nutrieron al plantel profesional (Marcelo Ortiz, Diego Sánchez Paredes, Fabio Godoy, Jonathan Benítez -hoy en Chile en primera división- Gonzalo Ríos -pasó luego al fútbol de primera en Quilmes y Temperley e incluso estuvo en León de México-, Ignacio Valsangiacomo, Marcelo Miranda, Ataliva Schweizer, Ariel Morales, Fabricio Henricot -fue transferido a Instituto de Córdoba- Joel Vargas, por nombrar algunos). Sería interesante que en el trabajo que comenzará a realizar el plantel mañana bajo el mando de Carlos Mayor, el entrenador decida incorporar a varios jugadores jóvenes que todavía no tuvieron posibilidad de entrenar con los profesionales. En casi cuatro meses de participar de las sesiones de entrenamientos, estos chicos que mediante el gran esfuerzo económico del club juegan en los torneos de AFA, pueden acrecentar sus aptitudes, trabajando con la mentalidad de un jugador profesional. Eso sí. Estos hoy integrantes de las inferiores, deben evitar las trasnochadas y caer en algunos vicios en la que se ven inmersos no pocos jóvenes (llámese alcohol, cigarrillos, estupefacientes) malogrando sus vidas. Y sí, en cambio, aferrarse al deporte, en este caso el fútbol, que puede ser un medio de vida más que importante para ellos y sus familias, transitando con esfuerzo y humildad hacia un mejor futuro.