La grandeza de dejar que otro sea quien haga el gol

Este sábado finalizó el Campeonato Interescuelas de Fútbol en la ciudad de Corrientes y por segundo año consecutivo se consagró campeón en su categoría, uno de los grupos del Club en que participa uno de mis hijos. Éste grupo en especial, se formó allí mismo desde muy temprana edad. Fueron creciendo con el deporte y aprendiendo una de las habilidades más importantes para cualquier persona que desee insertarse en el mundo laboral en cualquiera de sus formas: "el trabajo en equipo". El fútbol suele ser un deporte lleno de pasiones, pero observar a éste grupo en especial sorprende sobremanera por la paz y la serenidad que se ve en ellos. Son auténticos caballeros en su forma de interactuar, en la manera en que se alientan mutuamente y en la forma en que manejan los errores de sus compañeros. Tuvieron que aprender a manejar el fracaso, pero por suerte también el éxito y fue probablemente por todas estas actitudes que lo vienen logrando. En esto tienen mucho que ver sus entrenadores encabezados por el profesor Joaquín Suárez, ya que él mismo tiene esa forma tranquila de ser y de enseñar. Confieso que no era bien comprendido en un principio, ya que la pasión de algunos padres por el deporte se hacía notar cuando se preguntaban: ¿Qué pasa con el director técnico que no les dice nada? Y con gritos intentaban alentarlos a su manera. Todo este camino fue un aprendizaje para los chicos, pero también para los padres, ya que a causa de apasionados comentarios dirigidos al árbitro en una oportunidad hubieron algunos partidos "sin público del club" como sanción. Fue muy gracioso ya que los padres, todos instruidos, adultos responsables, la mayoría profesionales y hasta docentes, tuvimos una lección junto con los niños sobre la manera correcta de estar en una cancha.

Poco a poco y observando, fue posible descubrir el porqué de ésta forma de enseñar. No les estaban enseñando a ganar, les estaban enseñando a "ser". Mi maestro en el mundo del Coaching, Oscar Anzorena, en su libro "Maestría Personal, el camino del liderazgo" habla de dos paradigmas: En el primero de ellos nos esforzamos en "hacer", para así "obtener" y recién allí, en base a lo obtenido (el campeonato por ejemplo), "ser". Y allí diremos "somos campeones". Hacer : Obtener : Ser Éste paradigma tiene de malo que si nos enfocamos en el obtener como meta principal, podemos caer en la trampa de emplear técnicas poco honorables, tales como las que lamentablemente solemos ver en el fútbol profesional y de esa manera el obtener se vincula a una manera en que el "ser" se ve negativamente afectado. Anzorena también nos habla de otro paradigma en el que vinculamos nuestro "hacer" con el "ser" y pone al "obtener" como consecuencia de éstas dos y no como objetivo principal. Ser : Hacer : Obtener En éste caso primero está "ser" (caballeros, compañeros, respetuosos, humildes), el "hacer" en este caso está íntimamente relacionado con nuestro "ser", porque se juega como se "es" y es un fin en sí mismo, luego el "obtener", puede o no estar y aún así los chicos logran sus objetivos sabiendo quiénes son y porqué hacen lo que hacen.
Y cuando las cosas se hacen bien, el "obtener" termina siendo una consecuencia casi inevitable. Cuando trabajo coacheando empresas, de acuerdo al caso, suelo sugerirles realizar algún deporte de equipo de manera conjunta, ya que nada prepara tan bien para el trabajo como un deporte donde las reglas de juego dicen que ganamos no cuando cada uno gana de manera individual sino cuando como equipo lo logramos. Cuando mantenemos bajo control los egos individuales y tenemos la suficiente grandeza de dejar que el gol lo haga otro, sabiendo que de la misma manera obtendremos ese "centro" que nos permitirá hacer el gol a nosotros mismos. Tanto las personas como las empresas se benefician al poner el foco en la manera de estar siendo en el mundo, ya que ésta es la base sobre la cual se apoyan los éxitos.

Tanto a los niños como a los empleados en una empresa, el deporte en equipo les puede ayudar: * A ser buenos compañeros y a saber que lograr los objetivos es mas fácil con el apoyo mutuo. * A mantener claras las reglas de juego y respetarlas. A entender que no son arbitrarias, sino que al igual que en la sociedad, se han establecido para conservar la armonía. * A ser tolerantes, ya que todos somos distintos y tenemos diferentes habilidades que pueden ser aprovechadas para el beneficio del grupo. * A liderar y dejarse liderar, ya que esos roles deberán ser asumidos de manera alternativa en diferentes momentos. * A ser disciplinados y comprometidos ya que el conjunto está esperando algo de cada uno de los integrantes. * A pensar de manera estratégica, ya que basados en las diferencias se deberán emplear de la mejor manera las distintas habilidades de los integrantes. * A ser humildes y a manejar la frustración, ya que en la vida como en el juego se deberán enfrentar derrotas y fracasos. * A generar confianza y a fortalecer los vínculos. * A mejorar y pulir las habilidades comunicacionales. Por todo eso y mucho más, el deporte en equipo bien entendido tiene la capacidad de formar hombres de bien y a colaborar en mejorar las relaciones entre las personas que lo practican.
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