Perspectiva de nuevo embate de "El Niño" pone en alerta a municipios


Por otra parte, con la mejoría en las relaciones institucionales entre el Gobierno provincial y el nuevo gabinete encabezado por Macri, muchas de las obras de reconstrucción del desastre (como la canalización de los arroyos del Sur, los desagües de Bella Vista, las defensas de Lavalle y las de Paso de la Patria) fueron posibles a partir del desembolso millonario en concepto de la emergencia. Un año después de la histórica lluvia que dejó a media provincia bajo agua (fueron 700 milímetros en 10 días con temporales de 200 milímetros en dos horas), desde las localidades que se vieron afectadas durante 2016 ponen su atención en la posibilidad de acelerar las obras que comenzaron hace meses y que permitirían suponer un alivio si el fenómeno se repitiera este año. Pero también aquellas que padecieron la contingencia hace sólo una semana, todavía mantienen la asistencia de familias evacuadas, en tanto miran al cielo con la esperanza de que los pronósticos de intensas lluvias previstas en el corto plazo puedan dar tregua de recuperación a la región. Durante el fin de semana pasado fueron Berón de Astrada, Caá Catí, Itatí, Loreto, San Miguel, San Cosme y Santa Ana las localidades que recibieron el impacto de la lluvia con mayor intensidad.

Y aunque la asistencia con víveres, colchones, agua y productos de limpieza se distribuyeron durante la semana desde distintos organismos del Gobierno, la preocupación por la continuidad de las precipitaciones no disminuyó. "Todavía quedan 70 personas evacuadas, distribuidas en las cabañas del balneario municipal, la Asociación de Fútbol de Caá Catí, el Sindicato de Luz y Fuerza y comedores comunitarios. Se sostiene la asistencia con alimentos y atención médica pero los pronósticos son preocupantes", explicó a época Eduardo Dualibe, intendente de Caá Catí. A la vez, desde las zonas rurales de ese departamento, al igual que en Loreto, San Miguel y Berón de Astrada, la actividad de movimiento de hacienda es intensa. "Se traslada a donde se puede, a los campos que sean más altos. La gran parte de la región tiene bañados que están desbordados", indicó Dualibe. Según estimó el intendente, "el 50% de los cultivos de autoconsumo de la región - de lo cual vive la gran mayoría de los pobladores de la zona - ya está perdida". Y aunque los dos últimos días de sol renovaron la esperanza de escurrimiento del agua, "las napas están saturadas y hay gente que la está pasando muy mal, que se queda aislada con sus animales", advirtió, en tanto señaló las localidades rurales de Lomas de Vallejos y los parajes Timbó Corá y parte del departamento de San Miguel. Por su parte, en Berón de Astrada, donde los más de 300 milímetros de agua caída en pocas horas causó estragos tanto en el pueblo como en la zona rural - y afectó a unos 400 productores de la región - los vecinos que soportaron varios centímetros dentro de sus casas ya pudieron regresar a sus viviendas entre el Viernes Santo y ayer. No obstante hasta efectivos de la policía colaboran en la zona para custodiar diariamente un operativo de traslado de cientos de cabezas de ganado vacuno y ovino en la distancia de varios kilómetros que separan al matadero municipal (donde se alberga la hacienda de los campos anegados) y la vera de la ruta, adonde llevan a los animales a pastar. A la par, desde Vialidad Nacional confirmaron lo anticipado por este medio durante la semana, en la necesidad de ejecutar obras sobre los desagües y canales que atraviesan la Ruta 12 en cercanías a Berón de Astrada. El pedido fue reforzado además por legisladores provinciales, como Noel Breard, integrantes de la Sociedad Rural de Corrientes y unos 400 productores ganaderos que se reunieron en Caá Catí para analizar la contingencia tras las lluvias. "La limpieza de los canales será fundamental para amortiguar el impacto del fenómeno que pronostican hacia entrado el invierno y la primavera", reflexionó Dualibe. Esta vez no es sólo el Sur correntino el que teme enfrentarse a la fuerza devastadora de "El Niño". También en el Norte y Centro de la provincia, a la par que la costa del Uruguay, observan el pronóstico con atención y concentran esfuerzos en gestionar maquinaria vial y obras para anticiparse a las posibles inundaciones. Por su parte, desde el Ministerio de Coordinación y Planificación se inició hace dos semanas una ronda de consulta para establecer un organigrama de trabajo previo a la llegada del fenómeno climático prevista para agosto. "Consideramos oportuno comenzar a trabajar para que cada localidad esté preparada o por lo menos pueda soportar de la mejor manera el embate", señaló el ministro Eduardo Vischi. Para ello, invitó a los intendentes a elaborar un plan local de limpieza de canales y desagües como medida preventiva y con el objetivo de atenuar sus efectos", informaron. "Solicitamos que nos lo envíen a la brevedad para poder desarrollar consultorías técnicas y posterior monitoreo de acciones", indicó el Ministro Coordinador. ¿Ayudará esta vez la sintonía favorable con el Gobierno nacional, o bien contará la provincia con recursos suficientes para anticipar obras antes de que ocurra el nuevo embate climático? Y, sobre todo, ¿alcanzará el tiempo?