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Mehari: la vuelta de un clásico

Con carrocería de plástico y ventanas desmontables, el sucesor del Mehari revive espiritualmente al legendario "camello".
El histórico Mehari, símbolo de libertad y rebeldía.

Y un día Citroën decidió revivir el querido Mehari, símbolo de la libertad y la rebeldía de aquel mayo francés de 1968, en el que un autito de plástico que permitía despojarse de techo, puertas y hasta acostar el parabrisas sobre el capot se ganó el corazón de miles de jóvenes.

El nuevo E-Mehari (llamado así por tratarse de un auto eléctrico) fue presentado en París en marzo pasado, como un homenaje al viejo modelo que se fabricó en la Argentina en los años 70. Comparte con el original criterios de funcionalidad, pero utiliza otros materiales y apela a la simplicidad para ofrecer un producto de bajo costo y utilización limitada.

Por ejemplo, el E-Mehari no tiene cerraduras para llavear sus puertas de fibra de vidrio y apela a ventanas fijas construidas en un material plástico transparente que obliga al conductor a mantener el habitáculo cerrado o, si quiere circulación de aire, a desmontarlas en casa para salir a beber el viento. El techo, con marco de aluminio y tela, se puede guardar en el baúl después de desabrochar varios clips de sujeción.

E-Mehari, una propuesta ecológica de Citroën.

Salvando las distancias, es más o menos lo mismo que proponía el Mehari original creado en Francia por el ocurrente diseñador Roland de La Poype, quien bautizó de esa forma al auto en referencia a un camello caracterizado por su resistencia a los climas adversos, llamado justamente Mehari.

El original francés estaba construido con un material llamado Aclironitrilo Butadieno Estireno (ABS), apto para ser desvestido por completo hasta dejar a los ocupantes en un divertido auto mezcla de jeep y arenero.

El Mehari argentino era muy similar al francés pero en vez del plástico de nueva generación, se utilizó la tradicional fibra de vidrio para abaratar costos. Las carrocerías del Mehari local eran moldeadas en Uruguay, desde donde cruzaban el Río de la Plata para adaptarse a un chasis de Citroën 3CV con los mismos órganos mecánicos del "auto rana".

Las semejanzas con el nuevo modelo recientemente lanzado en Francia residen en el espíritu recreacional que ambos vehículos comparten, pero cede ante imposiciones del mercado con cánones de diseño más conservadores. De hecho, tanto Citroën como Peugeot abandonaron sus transgresiones de otros tiempos a partir de la crisis de 2009, cuando el Estado francés aumentó su presencia en la compañía y fomentó la llegada de un grupo chino que capitalizó la empresa.

A partir de ese momento PSA Peugeot Citroën se volvió más racional y dejó de ofrecer modelos que rompían con la estética tradicional. Podrá decirse que la automotriz francesa se volvió "más alemana" y en ese nuevo clima de menos imaginación libre decidió eliminar modelos rebeldes como el lujoso C6 de suspensión hidroneumática, a la vez que prescindió del volante con centro fijo multicomandos del C4 de anterior generación, reemplazado por un más convencional C4 Lounge.

Volviendo al E-Mehari, el nuevo modelo que comenzó a comercializarse en marzo de este año lleva un motor eléctrico de 55 kw que le permite desenvolverse con soltura en las intrincadas calles parisinas, pero que acota su autonomía a 100 kilómetros en autopista, mientras que en utilización urbana asciende a 200 kilómetros ya que las motorizaciones eléctricas rinden mejor en el tránsito citadino.

Perfil del E-Mehari, con llantas de aleación pero sin cerraduras en las puertas.

Habrá que ver si los apasionados del Mehari histórico se dejan cautivar por el nuevo E-Mehari, el cual si bien lleva el doble chevrón emblema de la marca, en realidad no es un Citroën de pura cepa: la plataforma es fabricada por Autolib, compañía especializada en automóviles eléctricos que esta vez cedió su know how a la automotriz de PSA.  El motor tampoco lleva el sello de la marca, sino que es producido por Bolloré, fabricante de impulsores ecológicos y proveedor de Autolib.

Lo mejor del nuevo modelo es la contaminación cero y la posibilidad de recargar el auto en ocho horas siempre que se cuente con los proveedores de electricidad de 16 amperes que comienzan a verse en Francia, cual parquímetros.  Las baterías duran 3.000 ciclos de carga y descarga después de los cuales hay que reemplazarlas, para lo cual Citroën pensó en un inteligente sistema de alquiler: cobra 79 euros al mes por el arrendamiento de los acumuladores, pero al cumplirse los 1.500 ciclos ese canon le da derecho al cliente al cambio de baterías sin cargo.

Por lo demás, es un auto económico de mantener y con precio acomodado: se puede comprar en Francia por 16.000 euros, lo que equivale a menos de 200.000 pesos argentinos. De todos modos, al menos por el momento, no está pensada su comercialización en nuestro país.

El intento suizo
En el Salón de Ginebra de 2011 la firma suiza Rinspeed presentó su singular modelo Bamboo, creado a partir de un concepto retro como propuesta para "volver al origen en materia automotriz". Lo realmente impactante de aquel auto, que sólo fue un concept car, era su carrocería sumamente inspirada en la del Mehari original francés. El carrocero suizo Frank M. Rinderknecht, indisimuladamente, utilizó prácticamente las mismas cotas para producir un Mehari del futuro que causó sorpresa hace cinco años, pero que no pasó de allí. También tenía motor eléctrico y su carrocería estaba confeccionada con fibras de caña de bambú. De allí el nombre.