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Niño de dos años se ahogó al caer en una zanja de gran profundidad

Una ver­da­de­ra tra­ge­dia ocu­rrió en el de­par­ta­men­to de Go­ya, don­de se re­gis­tró la muer­te de un ni­ño de ape­nas dos años, quien se aho­gó en una zan­ja pró­xi­ma a su ca­sa. Fue lle­va­do a un cen­tro de sa­lud pe­ro in­gre­só sin vi­da.
EN LA MORGUE SE CONFIRMÓ QUE NO TENÍA LESIONES.
EN LA MORGUE SE CONFIRMÓ QUE NO TENÍA LESIONES.

Se­gún co­men­tó la ma­dre de la pre­coz víc­ti­ma, to­do ocu­rrió el jue­ves al­re­de­dor de las 18, cuan­do el ni­ño se en­con­tra­ba en el pa­tio de su ca­sa ju­gan­do con sus her­ma­nos, que tam­bién son pe­que­ños. To­do se de­sa­rro­lla­ba con nor­ma­li­dad has­ta que en un des­cui­do de los pre­sen­tes, el ni­ño se ale­jó sa­lien­do del te­rre­no de la vi­vien­da, al­go que no ha­bría si­do di­vi­sa­do. El in­fan­te se mo­vi­li­zó unos po­cos me­tros, fi­na­li­zan­do su re­co­rri­do en una pro­fun­da zan­ja con agua ubi­ca­da cer­ca de la ca­sa, don­de ca­yó. Des­gra­cia­da­men­te, la ex­ca­va­ción era pro­fun­da y el lí­qui­do in­gre­só fá­cil­men­te a los pul­mo­nes del chi­co. Uno de los her­ma­nos se dio cuen­ta de lo que acon­te­cí­a, por lo que rá­pi­da­men­te avi­só a sus pa­dres que el be­bé ha­bía ca­í­do a la zan­ja. De­ses­pe­ra­dos, los adul­tos res­ca­ta­ron al ni­ño que ya se en­con­tra­ba sin co­no­ci­mien­to. Lo lle­va­ron a un cen­tro de sa­lud cer­ca­no aun­que in­gre­só sin vi­da, se­gún se ma­ni­fes­tó des­de el in­for­me po­li­cial. Tras ello, la des­gra­cia fue in­for­ma­da a las au­to­ri­da­des, an­te lo cual efec­ti­vos de la Po­li­cía Ru­ral de Go­ya fue­ron has­ta el pa­ra­je In­ver­na­da, don­de se en­cuen­tra la vi­vien­da de los dam­ni­fi­ca­dos. Lue­go de re­ca­bar el tes­ti­mo­nio de los pre­sen­tes lle­va­ron el cuer­po del fa­lle­ci­do has­ta la mor­gue de Go­ya, don­de se re­a­li­za­ron los es­tu­dios pa­ra de­ter­mi­nar las cau­sas de la muer­te. El equi­po fo­ren­se co­rro­bo­ró que no te­nía le­sio­nes y que el de­ce­so fue por as­fi­xia por in­mer­sión, con­fir­man­do la ver­sión da­da por los adul­tos. Por dis­po­si­ción del Juz­ga­do de Ins­truc­ción Nº3 de la ciu­dad de Go­ya, a car­go de Da­río Or­tiz, se re­a­li­zó una ins­pec­ción ocu­lar al lu­gar de la tra­ge­dia, que fue en­ca­be­za­do por el fis­cal Gui­ller­mo Barry. La­men­ta­ble­men­te, no es el pri­mer ac­ci­den­te do­més­ti­co en el que un in­fan­te ter­mi­na aho­ga­do, otro ca­so ocu­rrió du­ran­te es­te año en la pro­vin­cia.

Un he­cho si­mi­lar Un ca­so pa­re­ci­do se re­gis­tró en ene­ro en la lo­ca­li­dad de San­ta Ana. Allí, en una ca­sa de ve­ra­no, una ni­ña de 2 años pe­re­ció tras ca­er a una pis­ci­na. Cuan­do la ma­dre se dio cuen­ta, la pe­que­ña ya es­ta­ba sin vi­da.