Cruces por la modificación genética de los mosquitos

El investigador del CONICET Nicolás Schweigmann afirmó que "no tiene sentido ni es eficiente" modificar moquitos genéticamente "en un país donde no se hizo el esfuerzo de ordenar y limpiar desde el Estado y desde la población", en respuesta al anuncio que hizo la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre el apoyo a países que quieran usar esas tecnologías para controlar al insecto. "No tiene sentido avanzar con tecnologías cuyo costo se desconoce y que serían ineficientes frente a la cantidad de criaderos que hay", señaló el también líder del grupo de estudio de mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Consultado sobre los métodos que mencionó la OPS -que ofreció cooperación técnica para apoyar estudios pilotos en control de mosquitos en respuesta al brote de zika, que ya se extendió a 33 países americanos-, Schweigmann explicó que "eso implica liberar machos con variantes genéticas para que compitan con la población de machos naturales y se crucen con hembras también naturales, para que la descendencia tenga algún percance en su crecimiento". "El problema es que se estarían largando esos mosquitos en una población urbana, donde no sólo se generaría un inconveniente ético sino que tampoco sabemos qué efecto tendrían en personas que son alérgicas a los insectos, por ejemplo", agregó. El biólogo detalló que para que la técnica funcione, habría que liberar una cantidad mayor de machos modificados genéticamente a los que hay en la naturaleza, lo que implicaría "liberar un número inmenso por manzana en función de la cantidad de criaderos que haya". "Si uno se equivoca en el número que libera no se genera competencia con el macho natural y se puede gastar un montón de dinero inútilmente", completó y enfatizó que "para poder trabajar con esas técnicas hay que limpiar el ambiente, que si se limpia bien vuelve innecesario el gasto en tecnología". Schweigmann señaló que hacen falta programas profundos de educación para que chicos y adultos conozcan la larva del mosquito Aedes aegypti, transmisor de enfermedades como el dengue, el zika y la fiebre chikungunya. "Hay que empezar por aprender, luego limpiar y ordenar y si eso no funciona recién después pensar en alguna tecnología más cara", concluyó el especialista. La OPS había dicho días atrás que la herramienta "más importante" para combatir el zika, el dengue y la fiebre chikungunya es "el control de los mosquitos que las transmiten", por lo que el Grupo Consultivo sobre Control de Vectores, dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó la implementación piloto de dos técnicas: el uso de la bacteria Wolbachia y el OX513A. Con la bacteria del género Wolbachia, el mosquito no infecta a los humanos ni a otros mamíferos y se encuentran en un 60 por ciento de los insectos comunes, como las mariposas y las moscas de la fruta.