Lo individual al servicio del conjunto

En el fútbol moderno se hace mucho hincapié en lo relevante que es contar con un buen grupo humano en el que cada uno haga su aporte para colaborar con un todo. Días atrás, el director técnico de Boca Unidos, Paolo Montero, dijo que los partidos se van desnivelando a partir de que un equipo empieza a ganar en el aspecto individual. Es así porque si bien uno puede superar tácticamente al rival, si no logra hacer prevalecer sus cualidades para marcar la diferencia sobre la marca personal, difícilmente se pueda generar un fútbol capaz de superar lo que propone el que está enfrente. En Boca Unidos empiezan a asomar jugadores que mediante sus aportes individuales están colaborando para lograr un buen funcionamiento del equipo. Podemos citar como ejemplo a Franco Cángele, un jugador que marca el desnivel con su buen manejo de pelota y mucho oficio para imponer su juego. El entrenador lo calificó como un "arquitecto" del fútbol. Aporta tanto jugando en lo individual, como también generando el fútbol ofensivo del equipo "aurirrojo" acompañando a sus compañeros. Hoy se lo ve más liviano y rápido a Cángele, como si la continuidad y el trabajo semanal estuviera dando resultados positivos. En su ubicación como una especie de media punta, arrancando siempre después de la mitad del campo de juego, su capacidad se torna valiosa para armar el juego ofensivo de Boca Unidos o para encarar él individualmente hacia el arco rival en busca del gol. El ex Boca Juniors ya lleva convertido cuatro goles a pesar de no haber jugado en los primeros partidos del campeonato por una lesión en el tobillo que le impidió cumplir normalmente el trabajo de pretemporada. Cada vez cobra más importancia su presencia en el funcionamiento del equipo correntino y participa seguido en la mayoría de las situaciones de gol que genera Boca Unidos. Es cierto, a veces se confía demasiado en su habilidad para manejar la pelota con el botín zurdo, gambeteando cuando puede tocar de primera e ir a buscar la descarga del compañero. Pero aun así, Franco Cángele es un jugador que marca la diferencia al servicio del equipo y en más de una oportunidad se lo vio solidario con sus compañeros esforzándose para recuperar la pelota, algo impensado dos meses atrás, por su característica de juego. Además de Cángele, hay otros de buenos jugadores, con adecuado rendimiento individual, no sólo en el momento de atacar sino también cuando se abocan a defender. Todo ese cúmulo deriva siempre en un mejor rendimiento colectivo, que generalmente se nota más cuando el equipo está en posesión de la pelota y buscando la manera de "lastimar" al rival. Hoy Boca Unidos se mueve mejor en bloque, cubre mejor los espacios. Está rindiendo a pleno el doble cinco Diego Sánchez Paredes - Matías Escobar y más allá de algunas desatenciones que a veces se tornan peligrosas, la defensa cumple correctamente, dentro de un conjunto que se prodiga siempre para recuperar la pelota rápidamente y salir con velocidad al ataque creando situaciones de gol. Pero, como lo dijo claramente el entrenador Paolo Montero el desnivel llega cuando se gana en lo individual, no para el lucimiento personal sino sumando en beneficio del equipo. Y en Boca Unidos captan con lucidez lo que pretende el cuerpo técnico y el más beneficiado es el conjunto, que cada vez va aceitando acertadamente su funcionamiento y los resultados están a la vista.