El derecho a nacer
La afirmación de la vida humana desde su concepción ha sido asumida por la misma ciencia. La vida humana comienza con la fecundación, esto es un hecho científico con demostración experimental.


Cuando enfrentamos a nivel nacional y mundial una embestida de la Internacional Maligna, llámese feminismo, la ONU con el Fondo para la Población, Kissinger, Rockefeller, Soros y otros poderosos, como Cristina Lagarde, principal del FMI que visitó Argentina hace pocos años preparando esta realidad de miseria moral y económica que vive el país y que expresara: "Los ancianos viven demasiado y esto es un riesgo para la economía global. ¡Tenemos que hacer algo ya!". Claramente indicaba que debemos tener menos habitantes en Argentina y en el mundo. Y a buen entendedor, pocas palabras: ¡El aborto y otras desviaciones son necesarios! Y todas las organizaciones y países que quieren imponer conductas contrarias al orden natural, como lo hicieran Suecia, Holanda, Bélgica, Dinamarca creando un fondo de 51 millones de euros para apoyar los planes por el derecho a decidir por el aborto, en respuesta a la decisión del presidente Trump de eliminar las millonarias subvenciones que Washington concedía a organizaciones de planificación familiar, es decir, para abortar, deben ser denunciados como depredadores de la humanidad.
Y a esta actitud abortista se sumaron países como Canadá, Kenia, Etiopía, Mozambique, Vietnam y otras. En Islandia se abortan el 100% de los niños con Síndrome de Down. Es evidente que la Internacional Maligna con la consigna de aniquilar la vida humana de inocentes y ancianos tienen como paradigma el Non serviam de Lucifer, porque es muy palmaria la conducta contraria a la creación de Dios y a sus mandamientos.
El 5º mandamiento: no matar. Cuando Hungría lanzó una campaña provida, la Unión Europea se enfadó y su responsable de Justicia ordenó poner fin a esa campaña. Es muy evidente, por tanto, que nos quieren domesticar el corazón, la mente y nuestra conducta destruyendo los valores permanentes del orden natural y sobrenatural.
Y esta embestida no solo es apoyando y subvencionando el aborto, sino también todo ese plan siniestro de ideología de género, de homosexualidad, de pederastia, cambios sustanciales en la educación donde se trata de formar negando la realidad de hombre y mujer; uniones de homosexuales a quienes incluso les permiten legalmente tener hijos, adoptarlos; alquiler de vientre para criar un hijo, etcétera. El consumo de drogas. Esto y mucho más es lo que está detrás de los aparentes planes de población proyectados, promovidos y apoyados por los poderosos del mundo, conociendo perfectamente que esta política tiene como consecuencia el arrasamiento de la vida y de toda una cultura de valores permanentes y la destrucción de la familia constituida por un hombre y una mujer y sus hijos y de toda sociedad normal.
Y esto quedó palmariamente demostrado con lo que dijo Obama en la Cumbre de Liderazgo Católico Evangélico en mayo del 2016: "La Iglesia tiene que abandonar los términos ‘divisivos’ como aborto, homosexualidad y dedicarse a los problemas de pobreza". Y por otro lado, Hillary Clinton expresó en una asamblea de feministas en 2016 lo siguiente: "Los códigos culturales profundamente arraigados, las creencias religiosas y el sesgo estructural deben ser cambiados".
Esta ideología expresada por exponentes del poder mundial marca claramente que se lucha por sustituir el orden natural y sobrenatural, por una realidad que sea su antítesis. Y esto corona al relativismo, en el que todo es igual, el bien y el mal es lo mismo, creando gran confusión. Corona al sincretismo, que suma posturas opuestas en un mismo nivel, creando gran tribulación. Y la consecuencia es el enfriamiento y la pérdida de la fe dando lugar a la apostasía, que es renunciar y combatir a la verdad. Cuestión que Cristo analizó y ordenó cumplir siempre los mandamientos, sin retoques, sin cambios y sin ambigüedades. "Que vuestro modo de hablar sea: sí, sí, no, no, porque todo lo demás viene del maligno". Mt. 5, 37. "No vayáis a pensar que he venido a abolir la ley y los profetas. Yo no he venido para abolir, sino para dar cumplimiento. En verdad os digo, hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni un ápice de la ley pasará sin que todo se haya cumplido". Mt. 5, 17-18.
La familia normal no es ni puede ser tema ideológico porque es de orden natural, sin la cual no puede existir la vida humana. La familia es la base, el factor eficiente de toda sociedad política, o sea la patria.
Nosotros no nacimos debajo de una hoja o de una piedra o de una unión homosexual. ¡No! Nosotros somos hijos de una mujer, nuestra madre, y de un hombre, nuestro padre, que en un acto de amor íntimo concibieron nuestras vidas. Y esto solo se puede dar en la unión de un hombre y de una mujer, es decir, en el único matrimonio posible. ¡Jamás puede existir ni existirá otra unión que de vida! Y los hijos, expresión de la unión de un hombre y de una mujer, necesitan, si o sí, la presencia del padre y de la madre. Científicamente se demuestran los graves problemas espirituales, psíquicos y físicos que innumerables niños sufrieron y sufren al no tener la presencia de la madre o del padre.
Y frente a esta triste realidad, el 25 de marzo se conmemora el Día del Niño por Nacer, que por decreto Presidencial Nº1.406/98 la Argentina tiene el orgullo de ser la primera nación en el mundo en haber proclamado oficialmente la defensa de la vida del niño en la matriz de su madre. Se eligió el 25 de marzo por celebrarse en este día: la anunciación a la Virgen María que es madre de Jesús. Y el nacimiento de Jesús es el más celebrado en el mundo entero.

El más humano de todos los derechos es el derecho a nacer, porque la vida humana comienza exactamente cuando el óvulo es fecundado por un espermatozoide. Es un nuevo ser humano con un código único e irrepetible. Es un ser plenamente individualizado. Posee todas las capacidades para cumplir los cambios que son las etapas del crecimiento y maduración y por tanto con pleno derecho de alcanzar su dignidad y plenitud personal.
La afirmación de la vida humana desde su concepción ha sido asumida por la misma ciencia: "La vida humana comienza con la fecundación, esto es un hecho científico con demostración experimental". Declaración de la Academia Nacional de Medicina en Buenos Aires, el 28 de julio de 1994. Sin embargo, este Gobierno envió un proyecto de aborto al Congreso que fuera aprobado desgraciadamente en el año 2020, como si fuera una cuestión normal, sin tener en cuenta que es el crimen más atroz porque se asesina al ser más inocente e indefenso. Y además porque se legisló contra el orden natural establecido para el desarrollo de la humanidad que evidencia que la vida en el seno materno es la procreación de la progenitora y del progenitor, porque el que insufla en una unión bicelular reproductiva el soplo del alma, el soplo de la vida es Dios, sin el cual no habría reproducción ni orden natural. O sea el orden natural es anterior al orden positivo y este no puede bastardear su orden anterior y raigal. Por tanto, Santa Teresa de Calcuta tiene razón cuando afirma: "El aborto mata la paz del mundo. Es el peor enemigo de la paz, porque si una madre es capaz de destruir a su propio hijo, ¿qué me impide matarte?, ¿qué me impide matarme? Ya no queda ningún impedimento". Y en el orden positivo hay que tener en cuenta que la Constitución Nacional ha incorporado desde 1994 los tratados internacionales que protegen la vida humana desde la concepción. Por tanto, todo lo que legalice el aborto no solo es antinatural, sino inconstitucional.

De modo que, el niño por nacer es tan ser humano como toda persona y merece el mayor de los respetos y el reconocimiento de sus derechos.
Luego, el aborto es el mayor de los crímenes porque se asesina la vida del ser humano más inocente e indefenso.
Con el aborto no solo se mata la vida de un inocente, sino también se destruye el vínculo natural entre la madre y el hijo. Y esta ruptura crea un conflicto no solo en la madre, sino a veces en el padre y hasta en otros integrantes de la familia. Esta realidad se denomina "Síndrome Post Aborto", SPA, muy poco conocido, con consecuencias muy graves para la salud mental, anímica y física de la madre y a veces del padre, porque al tomar conciencia de lo que significó abortar descubren con dolor y estupor su culpa parricida.
El aborto no solo destruye vidas inocentes y produce graves trastornos en la madre y en el padre, sino también produce pingues ganancias para las clínicas y profesionales abortistas. Porque los fetos y sus desechos son utilizados para la industria de la alta cosmética y otras y para trasplantes de órganos, como fuera denunciado.
Se argumenta que con el aborto legal se eliminan los abortos clandestinos. Falso. En los países abortistas siguen los abortos clandestinos.
En nuestros hospitales no hay suficientes elementos que se necesitan para una buena praxis. ¿Se dejarán de lado casos de urgencia para hacer abortos?
¿Y la objeción de conciencia que muchos médicos y parteras poseen y que está garantizada por la Constitución será respetada?
Y frente al argumento que se esgrime de que toda mujer violada debe abortar y que toda mujer pobre debe abortar, decimos enfáticamente que en lugar de elegir la cultura de la muerte se opte por la cultura de la vida y además, ¿por qué no se agiliza y dinamiza jurídicamente la adopción que miles de familias y mujeres hace mucho tiempo que esperan para tener los hijos del corazón?
¿Y por qué todo esto? El aborto es la mejor expresión del fastidio, del desapego, de la indiferencia, del rechazo, y a veces del odio contra el acto de amor creador de hacernos a imagen y semejanza de Dios. Es la antítesis del pensamiento y de la obra perfecta del ser necesario. Es la suma de la soberbia del hombre contra su propio Padre. Es la profanación más inicua y el efecto más incomprensible de la cultura de la muerte. Es la mejor expresión, junto a otras, de la acción desembozada de la Internacional Maligna, de Lucifer.
Y esta cuestión adquiere la identidad de una realidad dramática y tratamos de adentrarnos en el territorio "propiedad del enemigo" mostrando el conflicto desgarrador que es el meollo y la sustancia del drama. Porque no hay que fugarse ante el peligro, sino adentrarse en él para contemplar y conocer el corazón de las tinieblas y clavarle la cruz que triunfó sobre la muerte, y así nuestra sed de belleza que está siendo herida hacerla esplendorosa con el arte del amor desinteresado para remontar nuestra inmunodeficiencia espiritual pandémica que estamos padeciendo.
¡Que la belleza de una nueva vida que crece día a día en el santuario maternal de la mujer sea fiel testigo de la grandeza y de la verdad que siempre expresa el amor creador de Dios!
Corrientes, Argentina, marzo 2023.