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ANÁLISIS DE UNA SITUACIÓN COMPLEJA

Emergencia Agropecuaria: plantean opciones del uso forrajero

La sequía prolongada, en especial en el NEA, generará un fuerte déficit de forraje en el período invernal. Por ello, especialistas de la UNNE, CONICET y el INTA proponen opciones de manejo en el sector ganadero.

EL SECTOR PRODUCTIVO ENFRENTÓ CONSECUENCIAS DEL DÉFICIT HÍDRICO.

El sector productivo enfrentó a inicios del año pasado las consecuencias del déficit hídrico que afectó el crecimiento de los pastizales naturales, situación que luego se agravó debido a los incendios que se registraron principalmente en la provincia de Corrientes.

Ese cuadro de déficit de forraje debido a la sequía, y en menor medida por incendios, se vuelve a repetir este año con igual o mayor gravedad.

Unas propuestas para mitigar esta situación fueron elaboradas por Carlos Acuña y Alex Zilli, docentes e investigadores de las cátedras de Forrajicultura y Zootecnia de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, y del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE, UNNE-CONICET), junto a los ingenieros Diego Bendersky y Pablo Barbera de la Estación Experimental INTA Mercedes.

"Buscamos aportar pautas de manejo que contribuyan a minimizar pérdidas productivas a causa de la falta de forraje", resaltaron Acuña y Zilli y recordaron que también el año pasado habían elaborado una serie de recomendaciones similares.

En esa línea, explicaron que los pastizales crecen principalmente en el período estival, por lo que las lluvias que ocurren en el otoño no permiten el crecimiento apropiado de los pastos antes del invierno.

Para este año se estima una situación similar a la observada en 2022 en cuanto a la disponibilidad de forrajes durante el invierno, con el agravante de ser el tercer año consecutivo con escasez de precipitaciones, por lo que se requerirán igualmente estrategias para cubrir de manera adecuada la carencia de forraje en los campos naturales.

Entre las opciones planteadas, se recomienda ordenar el rodeo y hacer el balance forrajero para lo cual se proponen dos acciones principales.

Por un lado, se propone clasificar la hacienda para hacer ajustes de carga, vendiendo las categorías menos productivas (vacas viejas, vacas infértiles, toros de refugo, terneros y terneras de descarte), priorizando los vientres fértiles.

Además, hacer una evaluación de los potreros y clasificarlos según el estado en que están (determinación de la disponibilidad de forraje). A partir de esa información estimar una carga adecuada y tomar la decisión de suplementar, vender categorías o trasladar a pastaje según cada situación.

Para suplir la falta de fibra, se aconseja organizar sistemas de pastoreo comunitario en campos fiscales o disponibles para tal fin (para pequeños productores) y hacer heno de lotes subutilizados y/o del rastrojo de arroz y transportarlo a lugares cercanos.

Asimismo, se recomienda considerar la disponibilidad de fibrilla y cascarilla de algodón, bagazo de cítricos, rollos de rastrojo de sorgo, maíz, aserrín (hay empresas locales que proveen de aserrín para los feedlots) y adecuar el suministro de rollos para hacer más eficiente su utilización (pensar en armar canastos en forma local).

En tanto, Zilli resaltó la relevancia de la decisión a tomar en cuanto a la reducción de las cargas de animales propuestas que no representa una descapitalización de los productores, sino vender las categorías de hacienda de menor valor productivo y que además se pueden reponer más fácilmente. Tal medida favorecería garantizar la alimentación adecuada de las categorías más productivas, como vacas preñadas y especialmente las terneras jóvenes.