
Especial para época
Josef Albers y la magia de los colores
Así como Albert Einstein desarrolló una teoría acerca de la relatividad del tiempo, Josef Albers hizo lo mismo, pero con los colores. El color amarillo puede verse brillante y claro, y al mismo tiempo puede percibirse amarronado. Un rojo carmesí puede verse vibrante, pero también oscuro como un bordó. Un violeta puede verse asimismo como un lila claro.


¿Cómo puede un mismo color ser relativo? Este descubrimiento se lo debemos al artista y profesor alemán Josef Albers, quien nos dejó una serie de obras que ilustran esta teoría de manera clara y hasta lúdica. Hoy se cumplen 135 años de su nacimiento y por ello conmemoramos su gran aporte al arte moderno con un repaso por sus estudios en formato de pinturas, que sirvieron a un amplio espectro de la sociedad: desde profesionales del diseño gráfico, artífices de juegos ópticos hasta a grandes artistas como el expresionista abstracto Mark Rothko.
Luego de la explicación científica de la naturaleza de los colores por Isaac Newton, cuando realizó el famoso experimento de atravesar un haz de luz por un prisma y obtener del otro lado un ramillete colorido que formaba el arcoíris, se dio inicio a una etapa de estudios del color por teóricos y artistas que incluyen al autor alemán Johann Wolfgang Goethe (el mismísimo escritor del "Fausto"), al pintor inglés de cielos tormentosos William Turner, al colorido original fauvista Henri Matisse, al surrealista abstracto Paul Klee y al pintor y teórico ruso Vasili Kandinski, entre otros.
A diferencia del descubrimiento de Newton, cada uno de estos artistas tuvo su propia rueda cromática y teorías de color subjetivas que interesaban y ganaban más adeptos en el mundo del arte que en la comunidad científica.

A grandes rasgos haremos un repaso por cada uno de ellos: Goethe, con su triángulo cromático, profundizó sobre el vínculo entre los colores y las emociones humanas, teoría que llegó a ser de gran influencia para las futuras generaciones de artistas y es utilizada hasta el día de hoy por el cine y la fotografía, por ejemplo. Turner estudió una faceta espiritual de los colores, colocando al amarillo en el grado más alto -simbolizando el sol- y al rojo y azul como las oscuridades. La teoría de color de Matisse fue absolutamente intuitiva, expresiva o salvaje, como peyorativamente lo llamaron sus contemporáneos. Paul Klee ya había comenzado a estudiar la relación de los colores entre sí buscando principalmente una armonía entre complementarios. Y para Kandinski, cada uno de los colores primarios estaba unido a una forma específica -como podemos ver en sus obras- el amarillo a un triángulo, el rojo a un cuadrado y el azul a un círculo.
Estos son solo algunos ejemplos, existen más teorías del color y ruedas cromáticas.

Josef Albers fue uno de los estudiosos modernos más científicos al investigar los comportamientos del color. Fue un artista y profesor alemán cuyo trabajo, tanto en Europa como en Estados Unidos, creó la base de algunos de los programas de educación artística más influyentes de todo el siglo XX.
Albers plasmó su teoría de la relatividad del color en un libro llamado "Interacción del color" (1963), que contiene 150 litografías en las que gráficamente comprueba que cada color cambia según el color que tenga al lado.
Es uno de los libros sobre el color más estudiado y citado en todo el siglo XX, un libro que es muy difícil de conseguir en su edición original, pero tenemos la fortuna de poseer un ejemplar en Argentina en una sección privada de la biblioteca de la UBA (Buenos Aires), que fue adquirido en el año 1963. Llama la atención que no sea un libro, sino más bien una caja negra, muy elegante, y de un importante tamaño.

Josef Albers se volcó de lleno en la enseñanza del color cuando emigró de Alemania a Estados Unidos, donde publicó este libro en 1963. Enseñó en la famosa Bauhaus (se lo considera uno de los padres de esta institución), fue profesor en la carrera de Diseño de la Universidad de Yale, y además fue un prolífico artista abstracto que influyó a grandes artistas, incluyendo Mark Rothko.
Si bien Albers es recordado por su descubrimiento de la relatividad del color y como pintor abstracto, trabajó de diseñador, fotógrafo, tipógrafo y hasta fue poeta. Entre sus obras pictóricas, quizá la que más trascendió es su serie "Homenaje al cuadrado" (1949), en la que exploraba las interacciones de los colores en cuadrados superpuestos.
Aquí vemos algunos de sus trabajos para conmemorar a este gran teórico del color, cuyo descubrimiento se resume en la siguiente frase que dejó asentada: "Un mismo tono puede parecer diferente cuando se coloca sobre diferentes fondos, y diferentes colores pueden parecer casi iguales cuando se asocian a distintos fondos. Es así que un mismo color permite innumerables lecturas".

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