Castelbrando: de fortaleza a hotel
La provincia de Treviso ofrece a sus visitantes numerosos lugares llenos de historia y encanto. Uno de ellos es sin duda Castelbrando, en el municipio de Cison di Valmarino (TV).

Castelbrando se alza en las laderas del monte Castello, desde el que domina los pueblos de Valmareno y Cison, en una zona frecuentada desde la época paleoveneciana y luego también en época romana y ostrogoda.
La construcción de una verdadera fortificación tuvo lugar a principios de la Edad Media, durante las invasiones húngaras; luego, a partir del 926, se convirtió en sede de un pequeño feudo que pasó bajo el control de varios Señores, hasta ser conquistada por la República de Venecia, que en 1436 la cedió a Brandolino IV Brandolini, de Forlì y a Gattamelata, soldado profesional (mercenario) al servicio de la República.
La dominación veneciana trajo consigo un largo perÍodo de paz y, una vez que cesaron las funciones militares, entre los siglos XVI y XVIII, Castelbrando se adaptó a las necesidades de la familia Brandolini. La fortaleza se transformó así en un palacio noble, utilizando el estilo de las famosas villas venecianas y creando un interesante e innovador sistema de "calefacción" para la época.
Los condes conservaron el castillo hasta 1959, etapa en la cual inició una larga serie de reventas que culminó con la adquisición por parte del empresario Massimo Colomban, que la ha restaurado convirtiéndola en un hotel de lujo.
De la fortaleza y sus alrededores
Cison di Valmarino es un sueño despierto. Castelbrando (uno de los castillos más antiguos de Europa) alberga seis itinerarios museísticos dedicados a las armas, la indumentaria, los carruajes, la música y la vida cortesana.
El hermoso pueblo de Cison di Valmarino es también el punto de partida de la Via dell’Acqua, un sendero a lo largo de la antigua ruta de los molinos en el que se dice que habita el Mazzariol, un duende travieso. Cada agosto, el pueblo acoge "Artigianato Vivo", un festival de cultura con artesanos de todo el mundo.