
redacción de época
Roger Federer: el niño que vivió
El año 2022 será recordado por el retiro del legendario tenista suizo. El talentoso helvético se despidió rodeado de sus amigos del circuito y su núcleo familiar en la Laver Cup disputada en el cemento londinense. Sus logros y la elegancia de su juego quedarán en el recuerdo.

En la oscuridad de la noche, un mago esquiva las raíces enormes de los árboles en el bosque prohibido. Al acercarse al esperado desenlace el dolor de la cicatriz en la frente se hace más aguda porque lo espera el señor tenebroso. El cara a cara con Voldemort tiene el drama necesario, de hacerle frente a su destino. Las únicas palabras de la contraparte marcan el pulso del final de la historia que entretuvo a toda una generación durante una década en la pantalla grande: "Harry Potter, el niño que vivió...viene a morir".

La muerte y el retiro son semejables porque hablan de un cierre, de un final del cuento. Este año 2022 marcó el final de la carrera del tenista Roger Federer. El 24 de septiembre la conclusión de la fábula llegó a su capítulo terminal en la Laver Cup, un torneo de exhibición por equipos diferenciando Europa del resto del mundo. Para su función final, el helvético jugó un punto de dobles junto al español Rafael Nadal.

La derrota ante la pareja conformada por los norteamericanos Jack Sock-Frances Tiafoe quedará para las estadísticas porque todo lo que devino después se robó los flashes.
Los abrazos de su amigo ibérico y sus grandes rivales Novak Djokovic y Andy Murray fueron completados por todo el afecto de su familia en su partida de los "courts". Federer fue número 1 del mundo logrando 237 semanas consecutivas como el líder del circuito desde febrero del 2004 hasta agosto del 2008. Una marca altamente superior a todos los que siguen en el listado: Jimmy Connors (160), Ivan Lendl (157), Novak Djokovic (122) y Pete Sampras (102). Durante los lapsos que recuperó el reinado extendió su domino a un total de 310 semanas como el número 1 del mundo. Entre los 103 títulos oficiales se destacan los 20 torneos de Grand Slams obtenidos entre 2003 y 2018, sumados a las dos medallas olímpicas (Beijing 2008 y Londres 2012) y la Copa Davis alcanzada con su nación (2014). Los récords pueden ser superados en el futuro pero Federer dejará un legado por su estilo elegante para desplazarse y vencer en diversas superficies.
Cuando la sequía de torneos grandes lo alcanzó después de los 30, entre 2013 y 2016, los periodistas especializados vaticinaban que lo mejor ya había pasado para el nacido en Basilea. "Roger Federer aún está para grandes partidos pero ya no para grandes torneos", escupía Guillermo Salatino en los micrófonos augurando que el ave fénix no renacería de su cenizas. Luego de superar una operación de rodilla a mediados de 2016, Federer se tomó seis meses para volver al circuito retrocediendo hasta el puesto 17 del ranking. Contra todo pronóstico y silenciando a sus detractores, logró pisar firme en el Australian Open para alcanzar la final y ganarla. En una memorable batalla a cinco sets, el suizo se dio el lujo de batir a Nadal para llegar al ansiado título 18 de Grand Slam. La corona número 19 llegó esa temporada en Wimbledon, donde alcanzó su octava consagración para superar a los siete logrados por el norteamericano Pete Sampras.
La última gran epopeya se dio nuevamente el cemento oceánico, donde alcanzó la estrella 20 al superar al croata Marin Cilic en otra final dirimida a cinco parciales. Nuevamente las molestias en las rodillas derivaron en operaciones a principios de 2019, con un intento de volver al circuito en 2021 jugando en el torneo ATP 250 de Doha. El final no tuvo la épica soñada, con una nueva posibilidad de verlo cerrar en Londres durante la temporada de césped. A veces los cierres se dan así, como referenciando a un diálogo de la familia Simpson: " - Oye, estoy confundido, ¿esto es un final triste o un final feliz? - Es un final y basta".
Quizás el mayor logro de Federer fue poder cumplir con el niño que entrenaba en Suiza, al que recordó con la frase: "At heart, I’m always going to be a ballboy", cuya traducción al español es: "En el fondo de mi corazón, siempre voy a ser un alcanzapelotas". Roger supo ser promesa al lograr Wimbledon Junior en 1998 y alcanzar la gloria en mayores, logrando un legado de comportamiento y caballerosidad que ser ejemplo para las futuras generaciones de deportistas.
El adiós se anticipó con una extensa carta que leyó a sus seguidores: "A mi familia de tenis y más allá. De todos los regalos que me ha dado el tenis a lo largo de los años, el mayor, sin duda, ha sido la gente que he conocido en el camino: mis amigos, mis competidores y, sobre todo, los aficionados que dan vida a este deporte. Hoy, quiero compartir algunas noticias con todos ustedes. Como muchos de ustedes saben, los últimos tres años me han presentado desafíos en forma de lesiones y cirugías. He trabajado duro para volver a estar en plena forma competitiva. Pero también conozco las capacidades y los límites de mi cuerpo, y su mensaje para mí últimamente ha sido claro. Tengo 41 años, he jugado más de 1.500 partidos en 24 años. El tenis me ha tratado con más generosidad de lo que nunca hubiera soñado, y ahora debo reconocer cuándo es el momento de terminar mi carrera competitiva. Cuando comenzó mi amor por el tenis, yo era alcanzapelotas en mi ciudad natal de Basilea. Solía mirar a los jugadores con una sensación de asombro. Eran como gigantes para mí y comencé a soñar. Mis sueños me llevaron a trabajar más duro y comencé a creer en mí mismo. Algunos éxitos me dieron confianza y estaba en camino al viaje más increíble que me ha llevado hasta este día. Por lo tanto, quiero agradecerles a todos desde el fondo de mi corazón, a todos en todo el mundo que han ayudado a hacer realidad los sueños de un joven suizo. Finalmente, al juego de tenis: te amo y nunca te dejaré".
