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FEDERAL A

La falta de buen fútbol hizo turbio el anhelo de clasificar

Mientras un grupo reducido quedó para proseguir en este largo camino que lleva al ascenso, en Boca Unidos es tiempo de análisis sobre lo ocurrido y comenzar a pensar en el proyecto 2023, con Marioni o sin Marioni, y con qué jugadores.

El torneo cerró su primera parte, ya están los ocho que siguen en carrera por el único ascenso que está en juego a la Primera Nacional, los dos que perdieron la categoría, y después se ubican aquellos, como el caso de Boca Unidos que deben barajar y dar de nuevo. Es tiempo de replanteos dentro de la dirigencia del "aurirrojo", analizar las cosas que pasaron y por qué pasaron, cuál fue el motivo por el que aquel equipo que se armó para estar en la conversación para dar el salto de categoría terminó cerrando una temporada con más penas que glorias.

En la pretemporada, Boca Unidos había insinuado que iba a ser protagonista en la zona Norte del torneo Federal A. Llegaron jugadores de jerarquía como refuerzos y el rendimiento del equipo en los amistosos daba lugar al optimismo, en lo que hace a clasificar para la segunda y decisiva instancia para subir a la Primera Nacional de la AFA.

Sin embargo, apenas jugada cinco fechas de esta temporada del Federal A, la dupla técnica Martín Fabro-Leonardo Baroni decidió dar un paso al costado y luego del interinato de Roberto Marioni y su cuerpo técnico, llegó para hacerse cargo del equipo Rolando Carlen. Un entrenador poco conocedor de la categoría del fútbol de ascenso, que se tuvo que ir por los resultados adversos y falta de respuestas del equipo.

Entonces Marioni de nuevo dio la cara y se hizo cargo otra vez del plantel de primera. En principio pareció que iba a cambiar la manera de jugar de Boca Unidos. Sobre todo buscó darle más ritmo e intensidad al juego, pero el temor a las derrotas llevó después a pensar más en el retroceso, a la contención para proteger el sistema defensivo, en desmedro de lo más importante que tiene el fútbol: el gol.

Fueron los momentos de poner garra, empuje, un juego rápido e intenso. Sin embargo, pocas veces asumió riesgos y varios puntos quedaron en el camino porque Boca Unidos no supo cómo sostener algunos resultados que les eran favorables. Se buscaba fortalecer el dispositivo defensivo poniendo en cancha a jugadores con características "guerreras", sistema que no le dio resultados porque hubo partidos en los que comenzó ganando y luego terminó perdiendo.

Cuando se está ganando, se sabe que la mejor manera de impedir la reacción del rival es jugando más tiempo en campo contrario que en el propio, escondiéndole la pelota. Para eso se necesita jugadores de buen manejo, que entiendan el juego y sobre todo que no dejen de tener la mira en el arco rival para aumentar la ventaja. Algo que no aplicó Boca Unidos en varios partidos, incluso en algunos jugando de local, dejando a su oponente con espacios suficientes para controlar el juego y generar situaciones de gol.

En las planillas previas a los partidos, al ver la conformación del equipo, uno ya podía intuir el esquema de juego que iba a utilizar y lamentablemente se comprobaba eso cuando entre los suplentes estaban jugadores de la jerarquía de Cristian Maidana, un mediocampista de gran capacidad técnica y cerebral en su juego, Antonio Medina, un valor experimentado, muy habilidoso y efectivo atacando por los costados para luego entrar gambeteando en diagonal y Gabriel Morales, un delantero que debe jugar de tres cuartos de cancha en adelante en lugar de carrilero por izquierda.

Su falta de "atrevimiento" para jugar un fútbol más ofensivo y el temor a ser derrotado llevaron a Boca Unidos a desperdiciar las cualidades de varios integrantes de su plantel. Por eso en los partidos uno veía como lateralizaban el juego en lugar de asumir riesgos y enfocar la mira en el arco rival, llegando a la zona de definición con varios jugadores.

De este modo fueron quedando en el camino puntos importantes que en el tramo final impidieron que Boca Unidos se metiera entre los ocho clubes que van a jugar por la Zona Norte-Región Litoral, con posibilidades de lograr el ascenso a la Primera Nacional.

Tuvo que llegar la última fecha del torneo Federal A para que Boca Unidos adoptara un planteo de juego audaz, ofensivo, atrevido, con jugadas que nunca antes había exhibido en el torneo. El resultado quedó a la vista: 5-0 a Crucero del Norte, equipo misionero que se vio ampliamente superado, y que hizo notar su impotencia ante el mejor juego de Boca Unidos.

Dicen que de los errores también se aprende, ojalá que en la temporada 2023 Boca Unidos apele al traje de la audacia y conforme un equipo que tenga como prioridad el buen fútbol. Que deje de lado el temor y saque a relucir coraje para imponer su juego. Ese que va de la mano de la técnica del jugador, del buen trato a la pelota y sobre todo de la firme predisposición para aplicar un esquema más atrevido. El fútbol se gana con goles y cuando más jugadores lleguen a la zona de definición, también serán mayores las posibilidades de convertirlos. Es algo que no se debe obviar.