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Sonsoles Romero Noya

Especial para época

UN HURTO QUE DIO NACIMIENTO A UN ÍCONO MUNDIAL

El día que robaron la sonrisa más famosa del mundo

Hoy se cumplen 111 años del hecho. Sucedió un lunes de 1911, día que el Museo del Louvre cerraba sus puertas al público. No fue hasta la mañana siguiente que se descubrió el espacio vacío donde colgaba la Gioconda de Leonardo Da Vinci. ¿Quiénes habían ingeniado el hurto que en su momento fue llamado "El Robo del Siglo"?

LA GIOCONDA DE LEONARDO DA VINCI ROBADA Y RECUPERADA EN DOS AÑOS.

"El retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo", más conocida como "La Gioconda" es uno de los cuadros más importantes del renacentista Leonardo Da Vinci, un óleo sobre tabla que mide 79 x 53 cm, y fue pintado en 1503. La obra es propiedad del estado Francés, y el Museo del Louvre la posee desde el año 1797.

Fue un martes 22 de agosto de 1911 cuando se percataron de que el cuadro no estaba colgado en su lugar. El primero en notarlo fue un pintor que se sentó con un caballete para copiarlo y cuando levantó la vista, se encontró con tan sólo cuatro clavos en la pared. Sin embargo, como era común que sacaran a fotografiar algunas obras al sol, la conexión con un posible robo tardó en llegar.

Al día siguiente, la noticia se esparció acaparando las portadas de todos los diarios del mundo. Las especulaciones eran infinitas: desde que iba a ser usada como medio de extorsión para pedir dinero al estado Francés, hasta que la habían robado los rebeldes Picasso o Apollinaire, artistas de vanguardia que clamaban por el cierre de instituciones artísticas academicistas como el Louvre, y ya habían estado implicados en alguna sustracción de piezas del museo. Hubo quienes especularon que el robo había tenido la intención de alarmar respecto al deficiente sistema de seguridad del museo. Pero lo cierto es que ninguna de esas hipótesis fueron verdaderas.

UNA POSTAL SATÍRICA REFLEJA LA EVOLUCIÓN DE LA OBRA A ÍCONO.

El hecho había iniciado un furor sensacionalista en todo el mundo. El día que reabrió el museo la venta de entradas se disparó de manera abrupta porque nadie quería dejar de ser testigo del espacio vacío donde antes colgaba el mítico cuadro del genio italiano.

Por otra parte, la reproducción de la obra en todos los diarios la había convertido en un ícono, la había vuelto mucho más famosa de lo que era.

La crónica del robo fue cubierta diariamente por los medios de todo el mundo: últimas investigaciones, teorías conspirativas, viñetas de humor, dibujos satíricos. Incluso trascendió los medios de comunicación y se comenzaron a vender canciones, postales y posters relacionados al tema. El suceso repercutió por dos años de manera imponente a nivel mundial.

Ya para 1913, se habían perdido todas las chances de recuperar la obra maestra y esto hizo que el Museo del Louvre la sacara de su catálogo. No se había podido dar con el ladrón y las pistas otorgadas no hicieron más que perder a los policías.

Pero todo cambió a finales de noviembre de 1913. El epicentro de la historia se trasladó de Francia a Italia, país de origen de Leonardo Da Vinci. Una persona que irónicamente hacía llamarse "Leonardo", afirmaba tener en sus manos la verdadera Gioconda. Leonardo citó en un hotel florenciano al director de la mítica Galería de los Uffizi y a un marchante de arte con la intención de venderles el cuadro. El mismo fue examinado y efectivamente se comprobó su autenticidad. Instantáneamente se dio parte a las autoridades y el ladrón quedó detenido en el acto en manos de la Policía sin oponer resistencia.

Reveló que se llamaba Vicenzo Peruggia, que era un antiguo trabajador del Louvre, y el motivo de su hurto fue un acto para devolver la obra maestra a su tierra de origen, ya que sostenía que La Gioconda había sido robada por Napoleón de Italia a principios de siglo XIX.

EL ESPACIO VACÍO GENERÓ UNA OLEADA DE VISITAS AL LOUVRE.

La forma en la que se robó el cuadro fue muy simple y no podía estar más lejos de las historias de película que se había imaginado el resto del mundo. Peruggia trabajaba en el museo y eligió un lunes porque aprovechó la resaca de los parisinos para burlar a la seguridad, ya que era una costumbre salir a beber los domingos. En un momento oportuno, la arrancó de la pared y se la puso debajo de su bata blanca para salir en plena luz del día por la puerta e ir hasta su casa, donde la mantuvo encerrada desde ese entonces hasta el día de su detención.

LA PRENSA DE LA ÉPOCA SIGUIÓ DIARIAMENTE EL ROBO A NIVEL MUNDIAL.

Hay quienes afirman que no obró solo, que la obra se encontraba protegida por un estuche de vidrio que había instalado el propio Peruggia semanas previas al robo, y que con la ayuda de dos cómplices, los hermanos Vicenzo y Michele Lancelotti, lo descolgaron, desmontaron el marco, cubrieron con una manta y salieron corriendo por la puerta del museo.

Lo cierto es que Peruggia se declaró culpable, sostuvo su justificación patriótica del robo y recibió sólo siete meses de prisión.

VINCENZO PERUGGIA QUERÍA DEVOLVER LA OBRA A SU TIERRA ORIGINAL.

La Gioconda pudo ser expuesta en Italia unos días antes de ser devuelta: primero en Florencia, luego en Roma, y finalmente en Milán, donde se despidió de su madre tierra para el 4 de enero de 1914 volver a Francia, donde pasó de ser una obra del genio Da Vinci en el Louvre, a convertirse en un ícono a nivel mundial que permanece vigente hasta la actualidad.

VICENZO PERUGGIA PASÓ SIETE MESES EN PRISIÓN.