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Aracelli Almirón

Redacción de época

ESPACIO MARIÑO

"Consumistas": un espacio para repensar el consumo

Ayer se realizó una jornada cultural con conversatorios, lectura de textos y poesías, producciones artísticas y talleres para hablar del consumo y de salud mental. Luciana Fleitas comentó que la iniciativa surgió "para poner sobre la mesa el tema de los consumos y para romper con ciertos estereotipos".


Este domingo se realizó "Consumistas. Habitándonos y releyéndonos en una sociedad de consumo", una jornada artística y cultural para reflexionar sobre la temática en el Espacio Mariño. "Fue una situación de encuentro, de poder hablar del consumo en general y el consumo problemático. Hicimos dinámicas de circulación de la palabra y nos acercamos a las producciones artísticas que son diferentes posibilidades de expresión", explicó Luciana Fleitas, una de las organizadoras a diarioepoca.com.

La actividad estuvo enmarcada en el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas que se conmemora todos los 26 de junio. "Nos reunimos usuarios y trabajadores de la Salud Mental para poner en tensión algunas nociones en torno al consumo problemático" expresaron los organizadores del evento. La campaña lleva el lema "acompañe, no castigue", y busca evitar caer en estigmatizaciones sobre los consumidores de ciertas sustancias y apuntar como sociedad a acompañar la problemática desde los lugares que a cada uno le tocan.

La iniciativa fue organizada por diferentes espacios que trabajan la temática desde el ámbito público y privado como Sedronar, el Ministerio de Desarrollo Social a través del programa de Abordaje Integral de los Consumos Problemáticos, el Dispositivo El Camino y el Colectivo La Ola. A su vez buscaron el lenguaje del arte para, a través de talleres artísticos, culturales y la circulación de saberes colectivos, poner sobre la mesa el consumo problemático y el cuidado de la salud mental.

Los organizadores son: Maiara García Dalurzo, psicóloga que trabaja con consumos problemáticos en el SEDRONAR, en el Ministerio de Desarrollo Social en el Plan AICOP, y en Panacea. También Luciana Fleitas quien es trabajadora social y se dedica hace 13 años a la problemática del consumo en contexto de comunidad terapéutica y en un dispositivo territorial. Por su parte, Juan Pablo Pigliacampo es psicólogo y se desempeña en el Ministerio de Desarrollo Social en el Plan AICOP y en el Dispositivo El Camino. Por su parte, Mika Cortes es integrante de La Ola, una colectiva transfeminista del NEA que representa a artistas de la zona.

Los coordinadores de "Consumistas" en dialogo con diarioepoca.com destacaron que se trató de una iniciativa colectiva, brindaron más detalles sobre la jornada cultural y hablaron de la importancia de la salud mental. Pigliacampo explicó que son los consumos problemáticos: "Hablamos de aquel consumo que, mediando o no mediando sustancia, afecta de manera negativa distintas áreas de la vida de la persona complicando su cotidianidad". El psicólogo agregó: "Lo principal que hay que tener en cuenta cuando hablamos de consumos problemáticos es que sienta un nuevo paradigma con la relación del sujeto con las sustancias, antes hablábamos de adicciones".

Por su parte, Fleitas en relación a la sociedad de consumo indicó: "Es una temática que está muy en boga en este tiempo, pero que a la vez es poco hablada; o se habla desde el problema, pero no tanto desde los consumos en general que se viven en sociedad". La trabajadora sostuvo: "Estamos en una sociedad capitalista, de consumo, y ¿por qué pensar solamente al consumo como consumo de drogas ilícitas?", e invitó a "abrir un poco la jugada, a poder pensar acerca de los distintos consumos".  

Sobre la relación con el arte, Fleitas comentó que es que una de las intervenciones posibles dentro del territorio de la salud como "espacios de encuentro y de vinculación". Por su parte García Dalurzo destacó: "Cuando abordamos consumos problemáticos, lo hacemos desde distintos aspectos de la vida de cada sujeto. Se trabaja con talleres, con los contextos de los usuarios, y con la promoción de otras posibilidades: ahí es donde aparece lo cultural".

Fleitas comentó que esta propuesta surgió "para poner sobre la mesa el tema de los consumos problemáticos, y para romper con ciertos estereotipos, para que deje de estar asociado a los más vulnerables; es como un llamado para decir "basta" de ocultar algo que es visible". En el mismo sentido, García Dalurzo, resaltó que "hablar de esto también hace que se corra el eje de la cuestión de la enfermedad. Hace que se vea que algo se está movilizando en la sociedad en general".

-          ¿De qué hablamos cuando decimos ‘consumo problemático’?

Luciana: Entendemos al consumo problemático, cuando el consumo es excesivo, diario, de una persona hace que la misma no pueda llevar a cabo una cotidianidad funcional. Es decir que la persona no puede cumplir con dinámicas familiares, laborales y sociales. La persona, en este caso, empieza a sentir un grado de malestar agudo, intenso, que hace que no pueda continuar con su vida cotidiana. El consumo problemático se considera cuando el consumo no es solamente de uso y/o abuso de sustancias, sino que ya hay una cierta dependencia respecto del mismo.

Maiara: Cuando hablamos de consumo problemático, no nos centramos solo en la sustancia, en el caso de que medie una sustancia, sino en cuando una conducta afecta distintos aspectos de la vida del sujeto y compromete a distintas áreas de la vida de la persona.  El consumo problemático no se basa solo en el consumo de sustancias, sino que también implica a la conducta de la persona. No hace falta llegar a una adicción para que sea un consumo problemático, hay consumos que sin que abunden en la cotidianidad, sí generan un problema, por ejemplo, si una persona sale y toma mucho y luego maneja un vehículo, es de por sí un signo de consumo problemático porque pone en riesgo la vida de sí misma o de terceros.

-          ¿Se pueden prevenir los consumos problemáticos?

Luciana: Si de prevención se trata, una de las motivaciones de esta convocatoria es poder poner sobre la mesa este tema que muchas veces cuesta hablar de esto. Lo que se tapa, lo que se oculta, muchas veces ocasiona una enfermedad, no solamente el consumo de drogas, sino en general. Los malestares están para ser hablados y esta temática nos toca a todos independientemente de las clases sociales. Debería ser hablada de forma común, para que las personas sepan qué opciones tienen para elegir, en todo sentido.

Maiara: También se pueden prevenir los consumos problemáticos, o mejor dicho, a cualquier ruptura de lazo social, generando posibilidades. Por eso, en el trabajo de dispositivos territoriales, se apunta a la creación de talleres, o espacios de circulación de la palabra. Todo lo que permita que el lazo social no se quebrante, por más de que sí se tense, representa una manera de prevenir, no solo al consumo problemático, sino situaciones conflictivas para la salud en general.

Luciana: Otra manera de contribuir sobre el lazo social, es poder preocuparnos, justamente, por el lazo social. Estamos una sociedad invididualista, capitalista, donde prima el "yo no me meto". Para eso, está bueno promover situaciones sociales, donde podamos entender que el sujeto no puede vivir sin un Otro.

-          ¿Cómo sociedad qué podemos hacer para acompañar a personas que atraviesan consumos problemáticos?

Luciana: Como sociedad, habría que tratar de no tener miedo. Y si registramos el miedo, o ciertos prejuicios, la idea sería no huir de la sensación o de esas ideas, sino buscar informarnos. Hay ideas donde la persona con consumo problemático se ve como alguien peligroso, con el que uno no tiene que acercarse. Justamente, en una situación así, está bueno acercarnos. En caso de que una persona esté en estado de intoxicación, quizás podemos esperar a que el estado disminuya para, en otro momento, preguntar sobre la situación, o simplemente vincularnos como personas. No anteponer la cuestión de prejuicio, que excluye al otro, y que nos encierra en una sociedad de exclusión.

Maiara: Podemos darle espacio a que esa persona pueda decir algo respecto de lo que le pasa, de lo que siente, o inclusive no decir nada. Porque si uno se acerca de modo intervencionista, queriendo llevar a esa persona a lugares por eso que le ocurre, se comprobó que no tiene buenos resultados. Sin embargo, el espacio de la pregunta, y estar ahí disponible como persona, podría ayudar. Hay momentos en los que sí podría venir bien preguntar sobre el consumo, desde un "che, me parece que te estás zarpando", tratando de que no se sienta juzgada la persona, sino que el comentario venga desde el lugar del cuidado.  

-          Siguiendo el sentido del cuidado, ¿cuál es la importancia del cuidado y la atención de la salud mental?

Juan Pablo: Respecto de la importancia del cuidado en relación a la salud mental, es fundamental. Me surgen interrogantes sobre qué significa tener cuidado, y qué significa la atención a la salud mental. Podemos pensar, en relación a esto último, en el ámbito del consultorio, en un ámbito institucional, o también la leve pregunta que parece obvia, que uno se puede hacer, como un "che, ¿estoy mal?" que ya es un inicio para luego llegar a preguntas más profundas. Si hay un malestar, ¿cómo podemos hacer para disminuirlo?, si tiene algún sentido más allá del dolor que nos puede generar. Con ello, podríamos quizás ver la posibilidad de que el problema se solucione.

Maiara: En relación a la importancia a la atención sobre la salud mental, me surgen muchos interrogantes. Primero, aclarar que la salud mental no son solo profesionales que trabajan en el ámbito, sino que todos somos agentes de la misma. También tener en cuenta que eso es algo que no se piensa muy seguido. Y respecto en sí del tema, podríamos preguntarnos si se garantiza o no la salud mental, o quiénes son los representantes, qué discursos circulan, cómo se piensa al consumo, la locura, los diagnósticos. Hoy en día, hay que empezar a pensar y cuestionarnos un poco, como profesionales, cómo actuamos.

Luciana: La salud mental, a lo largo de la historia, ha sido un tema de muchos prejuicios, asociados solamente a la locura, siendo que no hay que llegar hasta esa instancia para hacer una psicohigiene para ver qué implica la salud mental, qué cuidados podemos tener, desde el descanso, los tiempos de ocio, los lazos. Uno se da cuenta lo necesario que son todos estos espacios, porque hacen a la salud en general, ya que la salud mental está integrada a la salud en sí. Hay veces en que el cuerpo habla, y que nos enuncia malestares que no nos detenemos a registrar, ni a contactar o problematizar.