
Colaboración
Regatas pagó el costo de no tenervocación defensiva y quedó "out"
La eliminación en cuartos de final dejó un sabor amargo en el equipo del parque Mitre, que se había armado con pretensiones de dar pelea hasta lo último. No sorprendió tanto el "verdugo", ya que Instituto se había mostrado más regular a lo largo de la temporada.

Pasó la decimoctava participación consecutiva de Regatas Corrientes en la Liga Nacional de Básquetbol y se puede decir que fue con más pena que gloria, ya que quedó lejos de los objetivos trazados para esta campaña 2021/22, en la que se despidió 7º al caer en la serie de cuartos de final ante Instituto, de Córdoba, (1-3) y tampoco pudo llegar a las instancias decisivas en el torneo Súper 20, que inauguró la temporada.
Hubo atenuantes, nadie lo podrá discutir; pero cierto es también que el equipo del parque Mitre pagó caro su carencia de vocación en defensa, algo que ponderan -y lo avalan las estadísticas- tres de los cuatro semifinalistas.
De hecho es probable que Regatas termine como el equipo con mejor promedio de gol en la actual LNB (cerró con 87.4 tantos de media y lidera ese rubro). Sin embargo, lejos estuvo de tener solvencia atrás a lo largo de la competencia y eso hizo que sufriera más de un traspié ante rivales débiles.

Su irregularidad lo mantuvo alejado del lote vanguardista y recién en el tramo final de la etapa regular, cuando la dirigencia decidió prescindir de los servicios del DT Gabriel Piccato y en su lugar colocó a Fernando Calvi, quien venía entrenando al equipo de Liga de Desarrollo (LDD), se pudo acomodar 6º con récord de 23-15, producto de cinco victorias en fila.
Primera meta que no pudo cumplir, ya que la zanahoria era quedar entre los cuatro mejores para avanzar directo a cuartos de final y gozar de la ventaja de localía en esa instancia.
Pero tuvo que afrontar la llave de Reclasificación ante Riachuelo (11º), que fue debutante en la máxima categoría pero que estaba compuesto por varios jugadores con vueltas olímpicas encima. Esta serie se definió al mejor de tres partidos, con el formato 1-2, peligroso para el mejor ubicado si pierde el primer juego como visitante porque queda comprometido. Y así sucedió, el elenco "eterno" se hizo fuerte en La Rioja (ganó 109-98) y Regatas no tenía margen de error para encarar lo que seguía en Corrientes.
No obstante, el conjunto que ya entonces comandaba Calvi salió del apremio con una contundente victoria (103-72) en el José Jorge Contte, mismo escenario en el que concretaría luego, esta vez con más suspenso (92-85 se impuso en el tercero), la clasificación a cuartos. Al confirmar el "fantasma" allí el 6º lugar, le tocó enfrentarse a Instituto, que ostentaba la ventaja de campo por haber concluido 3º en la clasificación y venía precedido por siete triunfos consecutivos.
La contienda con la "gloria" ofreció resultados de escaso margen entre ambos. Sin embargo, siempre dio la sensación que Instituto dominó el mano a mano. Festejó por duplicado en Córdoba (98-91 y 82-76) por lo que llegó sin apremios a la capital correntina, donde perdió en el tercer match (91-97) pero no dejó escapar la chance de sentenciarlo en el cuarto (80-74) y acabar con las ilusiones de Regatas, ratificando su "paternidad" ante el combinado ribereño cada vez que se cruzan en playoffs: también lo había eliminado en las ediciones 2017/18 y 2018/19.
Dentro de una temporada de seis u ocho meses, siempre pueden surgir imponderables. Entre ellas, las lesiones. Y Regatas no estuvo exento a ello, pues cuando estaba en pleno desarrollo el Súper 20, su jugador-franquicia Nicolás "Penka" Aguirre sufrió una fractura en su mano zurda, razón por la cual estuvo unas diez semanas en recuperación.
Los resultados siguieron lejos de las expectativas generadas en torno al equipo y Piccato también tuvo que dar un paso al costado, asumiendo Calvi en un rol en el que había hecho un fugaz interinato antes para reemplazar a Lucas Victoriano a fines de 2020, cuando el DT tucumano estaba al frente del "remero" y había contraído COVID-19.
El registro positivo de Calvi (8-4) tuvo mucho que ver con haberle insertado mayor agresividad a la defensa de Regatas, justamente uno de los puntos "flacos" de un equipo que tenía la capacidad de demoler con su ataque.
De todos modos, el camino fluctuante del elenco regatense se estampilló ante un sólido Instituto, que tiene potencial para ir por todo (ya ganó el Súper 20). Habrá tiempo para digerir este pronto adiós, que lo alejó al 7º puesto final porque Gimnasia y Peñarol, que habían sido 2º y 4º en la regular, se reubicaron 5º y 6º -respectivamente- en la general.
No alcanzó con el talismán Aguirre
El gran impacto en el mercado de pases de la Liga Nacional de Básquetbol lo había dado en el último receso Regatas Corrientes, que fichó al base santiagueño Nicolás Aguirre, una de las joyas más preciadas del pentacampeón San Lorenzo.
"Penka" Aguirre, naturalmente se adueñó del rol de líder del equipo del parque Mitre, que alcanzó en promedios las mejores cifras de su carrera en nuestra LNB, al aportar 14.7 puntos, 5.3 asistencias y 4.8 rebotes, siendo el segundo jugador de mayor valoración (+16.8 contra +18.3 del pivote estadounidense Gary McGhee), disputando 31 partidos de los 45 que afrontó el "remero" en la Liga.
Antes de eso, su temporada más destacada a nivel individual había sido en la edición 2014/15, cuando obtuvo su primer anillo de campeón vistiendo la camiseta de Quimsa, al que le reportó: 12.0 tantos, 4.9 pases-gol y 4.1 recobres en 67 encuentros.
Sin embargo, las estadísticas y pergaminos que lo precedían como el jugador más influyente de la competencia, casi asumiendo de forma tácita el legado del ya retirado Leonardo Gutiérrez (ostenta nada menos que diez títulos en la élite), no fueron suficientes para transmitirle a Regatas toda su estirpe ganadora en la mayor parte de la última década.
Le tocó sobrellevar una lesión atípica en su carrera (fractura de muñeca), quedando más de dos meses marginado. De todos modos, "Penka" siempre se mostró como pieza vital, de relevancia, capaz de darle un vuelo distinto a Regatas con su inspiración.
Pero la diferencia con aquellas consagraciones que tuvo en Quimsa y las últimas cinco de manera consecutiva con San Lorenzo, es que esta vez más que nunca el elenco "fantasma" necesitaba de Aguirre en su máxima expresión porque no había un plantel plagado de figuras como en esas otras ocasiones con la "fusión" y el "ciclón".
Al cabo, está visto que con tener al "talismán" de las últimas ediciones no alcanza, pues en toda obra es fundamental que un director esté rodeado de grandes intérpretes para poder ejecutar el mejor guion.

Redacción de época