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GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA

Decíamos ayer, de esa demanda absurda

Los reclamos se presentaron en 2019 por algunos paraguayos y un argentino, pero no en Brasil ni en Uruguay, sino solamente en Argentina, "porque ese país ha dado siempre un tratamiento preferencial a los casos de DDHH".

A lo largo de los meses de mayo, septiembre, octubre y noviembre de 2021, el doctor Dardo Ramírez Braschi y yo, publicamos una serie de

notas conjuntas a través de las cuales refutábamos una absurda demanda "contra la Triple Alianza" por un presunto delito de genocidio "cometido por Argentina, Brasil y Uruguay contra el Paraguay.

La demanda fue presentada en 2019 por algunos paraguayos y un argentino, pero no en Brasil ni en Uruguay, sino solamente en Argentina, "porque ese país ha dado siempre un tratamiento preferencial a los casos de DDHH" y porque además "existen otros antecedentes que permiten confiar en la Justicia argentina" para conseguir fallos favorables.

TRANQUERA DE LORETO. VISTA ACTUAL.

Aparte del anacronismo de hacer referencia a los derechos humanos, respecto de una guerra que tuvo lugar en un mundo que se regía por el derecho de las personas, ya entonces nosotros señalamos que "el análisis de nuestro proceso histórico muestra a Argentina a través del tiempo, como siempre perdidosa en los litigios internacionales con sus vecinos". Cabría agregar, además, hoy, que aparte de escoger, de los tres países mencionados, al más débil e indeciso a la hora de reivindicar sus derechos, la aureola que rodea en general a la Justicia en nuestro país, dista de ser impoluta y alguno de los nombres involucrados positivamente por los denunciantes, como el del vergonzoso juez Norberto Oyarbide, da cómo pensar, teniendo en cuenta que pretenden reclamar 150 billones de dólares ¡ciento cincuenta billones de dólares!

TRANQUERA DE LORETO EN EL ATLAS DE D’ ORBIGNY.

Decíamos entonces, que esa demanda absurda, en su conjunto, constituye "una pretensión negacionista, novedosa (eso sí) en cuanto acopia y desarrolla todos los argumentos que – barnizados y repintados de genocidio -,hacen del Paraguay una víctima de sus vecinos y de Francisco Solano López un héroe de leyenda.

Pues bien, en mi nota anterior surgió el nombre de un diplomático boliviano, que ya en 1933, en plena guerra del Chaco, habló de la política de victimización del Paraguay pero respecto de Bolivia, a través de una "política de asedio, de tábano", que a fuerza de divulgar una imagen del Paraguay como un pequeño país agredido, víctima de ambiciones injustas, a lo largo de más de medio siglo logró "como una enfermedad infecciosa y dañina", hacer mella en los gobiernos y el pueblo boliviano. En su visión, el Paraguay era un pueblo "agobiado desde la guerra de la Triple Alianza" porque "la demencia de López" lo condujo en aquella guerra "al suicidio colectivo".

VIRASORO MIGUEL.

De larga data, y con entusiasta colaboración de demasiados argentinos, mal informados, engañados, deshonestos, desconocedores por ignorancia o por conveniencia de la historia de su patria, se ha ido haciendo carne entre nosotros una saga del mismo tipo. Que el Paraguay de Francia y de los López era un pequeño país, pacífico, industrioso, dedicado a lo suyo, atacado por sus vecinos cuando trató de ser el paladín de la América Hispana para defenderla de las siniestras ambiciones de un "imperio".

En la construcción de ese mito, esa historia fabulosa de sus comienzos, el héroe epónimo es el último de un triunvirato de dictadores, que después de sacrificar al pueblo que se le ha confiado, muere durante su precipitada huida, empuñando un arma, malamente, por vez primera, en aquella espantosa contienda.

VIRASORO JOSÉ ANTONIO.

Lo curioso es que pareciera que hay una conexión, por lábil que sea, entre aquella guerra no menos fatídica, batallada en 1932 – 1935 en el Chaco, y nuestras relaciones con el derrotado Paraguay, con el que pese a ser los vencedores, aceptamos ir a un arbitraje (apenas ha terminado la guerra), por la entonces llamada "Villa Occidental", victoria arbitral sobre la que el Paraguay asentará sus pretensiones a la totalidad de ese Chaco Boreal, aunque su dominio nunca llegó mucho más allá de los límites de las chacras de aquel rancherío, que fundara Carlos Antonio López con el nombre de "Nueva Burdeos".

Hoy, en agradecimiento, ostenta el del yanqui que les entregó el arbitraje, Rutherford Hayes.

ARTIGAS.

Por lo que hace a nuestras notas, su objetivo fue historiar las numerosas oportunidades en que Paraguay, colonial, bajo la dictadura de Gaspar Rodríguez de Francia, y la de su continuador Carlos Antonio López, y la tiranía del hijo de este, Francisco Solano López, invadió y atacó a Corrientes.

De las agresiones coloniales reseñamos los asaltos al Ñeembucú, explorado y colonizado por correntinos, pero del que, finalmente, se apoderaron los paraguayos.

CARLOS ANTONIO LÓPEZ.

De Gaspar Rodríguez de Francia, historiamos el ataque de 1814, la ocupación de Concepción y Candelaria, la derrota que les infringe Andresito en 1815, su nueva invasión del territorio misionero entre 1821 y 1823, cautivo Artigas y muerto Andresito, la fortificación de Candelaria, los trabajos de tierra en la "Trinchera de San José", y la guardia en la Tranquera de Loreto, durante la "guerra no declarada de 1832" y en Santo Tomás, San Carlos y Santo Tomé, despoblando el área al Norte del Aguapey para mantener expedito el tránsito hacia y desde el Brasil.

Detallamos más adelante, en otra nota, cómo Carlos Antonio López, el siguiente dictador, pretende reivindicar a través de un decreto un inexistente derecho a una jurisdicción imaginaria sobre el territorio de las antiguas misiones.

FRANCIA.

Las notas siguientes dieron cuenta del proceso histórico durante 1848 – 1849, cuando Carlos Antonio López decidió invadir Corrientes y le declara la guerra a la Confederación Argentina, y envía un ejército a las órdenes del Teniente Coronel Francisco Wisner de Morgenstern, para ocupar Santo Tomé, ambos Cuais y lograr el control del Hormiguero para restablecer el comercio con Brasil, arrasar el territorio invadido y obligar a todos los pobladores con sus enseres y haciendas a franquear el río y ser internados en el Paraguay, a fin de asentarlos en los sitios a imponerles. No debía quedar nadie que no fuera paraguayo en el territorio invadido. Francia (un verdadero antecedente), pretendía que su objetivo era liberar a los correntinos.

EUGENIO GARZÓN.

Los invasores son enfrentados por el coronel José Antonio Virasoro, y si bien logran apoderarse de Santo Tomé y abrir al comercio con Brasil el Hormiguero, quedan reducidos poco menos que a la inmovilidad en esos dos puntos.

Wisner de Morgenstern fue relevado por la fuerza por Francisco Solano López, que se hizo cargo del ejército y lo envió a prisión.

Con auxilio de Urquiza, que le envió mil hombres al mando de Garzón, Virasoro obligó a los paraguayos a retirarse de Santo Tomé a la Tranquera de San Miguel. Por el lado del Paraná, es Miguel Virasoro quien lucha contra los invasores paraguayos sobre la Tranquera de Loreto. A fines de julio, estrechados por los correntinos, la mayor parte de los paraguayos se repliega a la Trinchera de San José arreando todas las cabezas de ganado posibles y dejando el territorio desocupado y desierto.

SOLANO LÓPEZ.

En agosto de 1849, Francisco Solano López fue designado general en jefe del Ejército para llevar adelante su primera actuación efectiva como comandante de una fuerza y debió enfrentarse con la baquía de los hermanos Virasoro, en una contienda hoy oscurecida por la niebla histórica que los envuelve, como seguidores de Rosas, a las órdenes de Urquiza.

López, que obtiene sus recursos de los brasileños, cuando logra llegar a los Cuais, despachó una columna para apoderarse de La Cruz, pero fue duramente rechazado. Los Virasoro salieron a la campaña. Como estaban en inferioridad de condiciones, atacaron sistemáticamente con acciones de guerrilla sobre los paraguayos. Golpearon los sistemas de seguridad y desaparecieron. Solano López se ve obligado a concentrarse sobre la Tranquera de Loreto y la Trinchera de San José.

WISNER DE MORGENSTERN.

Por la celeridad que toman los acontecimientos, los correntinos debieron luchar solos, sin esperar los auxilios de Urquiza, y así, tras los enfrentamientos del 14 de julio, 4 de agosto y 25 de septiembre, "derrotado casi sin saber cómo por la guerra de partidas correntina", Solano López recurrió tempranamente a un expediente que luego será norma suya durante la Guerra del Paraguay, y sometió a Consejo de Guerra a sus subalternos vencidos y los hizo fusilar.

De allí en más, las agresiones paraguayas se discontinuaron, quedando en su poder hasta la Guerra del Paraguay, los enclaves del territorio usurpado en las Trincheras de San José y San Miguel, y la Tranquera de Loreto.

La última gran invasión fue la del 13 de abril de 1865, en que el sorpresivo ataque paraguayo le costó a la provincia 28 muertos y 50 prisioneros, muchos de los cuales mueren luego en la horrorosa cautividad que reservaba Solano López a sus cautivos.

Reiteramos, que con aquellas notas nuestro objetivo fue demostrar que la Guerra del Paraguay fue sólo un capítulo más de las agresiones paraguayas a Corrientes, y así la invasión de 1865 fue la última pero no la única. En la próxima nota retomaremos el tratamiento de la "demanda absurda".