Grilla variada que mixtura lo nuevo con los conjuntos tradicionales
Lo tradicional y lo novedoso se dan cita en el Anfiteatro Cocomarola. Desde el legado de los chaqueñísimos Hermanos Cardozo a las entonaciones de Pedro Ríos y la herencia montielera con canciones de la nueva era.

Los Nuevos Chaqueñísimos Cardozo, Pedro Ríos, los montieleros Manuel Cruz y su Cuarteto Estampa Correntina, Néstor Acuña y sus hijos Ariel y Rocío... y se pueden enumerar hasta agotar los caracteres que se necesitan para terminar de redondear la nota que es la muestra que las noches de la Fiesta Nacional del Chamamé exponen una muy variada mixtura de lo tradicional, el presente y lo que se viene en un género que ya cumplió su sueño de ser patrimonio cultural global.
De esa forma, los portadores del legado de los históricos Hermanos Cardozo repasaron un repertorio en el que abundan los temas con los que los fundadores del grupo hicieron historia, como "Soñarte fue mi alegría", "Misterio de Chaco adentro" y "el Puente de la Traición", entre otros como "No importa que amanezca", de Tarragó Ros y Andrés Cañente.
Resumir en una nota las vivencias que tienen las jornadas de la Primera Celebración Mundial, es una tarea imposible, pero se puede remarcar la actuación de los nuevos intérpretes que son parte del "ADN chamamé", como Pedro Ríos, que hizo su presentación vestido como para una gala de concurso televisivo, pero descolló con sus versiones de "Posadeña Linda", "María va", o cuando le puso su impronta a la composición de su padre Pedro del Prado "Bajo la luna de abril", actuación que era seguida desde la primera fila por el orgullo progenitor, a quien María Ofelia Cemboraín le puso su pañuelo a modo de babero.
Hay numerosos conjunto que se nutren del estilo que celebran cada año los primeros días de febrero en Mburucuyá, como Manuel Cruz y su Cuarteto Estampa Correntina, quien defiende la tradición montielera con "Gente de ley", "Brasero de mi tierra" o e el reconocimiento a personajes correntinos como José Godoy, de su propia creación, entre otros que hacen retozar a los bailarines con zapateo de punta y taco incluido.
Otro aporte a lo tradicional y lo nuevo lo ejercitan Néstor Acuña y sus hijos, Rocío Ayelén y Ariel, cuando suben al escenario para ponerle voz a temas propios del pater famili, como "En mi juego" o "Camino del Isoquí" para sumar luego los herederos rindiendo homenaje a Julián Zini, con ese reclamo de "La tierra no tiene dueño" o un popurrí en el que se destacan "Pueblo del camino largo", "Esa musiquita", "El río vuelve" o "El Cielo del albañil", entre otras canciones.
En ese espíritu pasaron talentos cantores como Nino Ramírez, un vocalista y guitarrero que sembró el interior con sus letras costumbristas y esa picardía propia del hombre de campo, con "Por el guisito y la siesta" o ese desopilante "Viaje a la luna en una pelota de cuero", entre otras interpretaciones tradicionales.
El grupo entrerriano Padularrosa Romero y Terruñeros, le pusieron ritmo de las cuchillas con el homenaje A Lazaro Blanco, o la inspiración de El Gateao y Pobre mi Caballo Bayo.
También, merecen mención las voces femeninas que interpretaron polcas paraguayas como Mirta Noemí Talavera, que arrancó con "Parajo Campana" y luego mezcló clásicos correntinos, como "Retorno" y otros.