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LIGA CORRENTINA DE FÚTBOL

Autocastigo, esa no es la cuestión

Severas, duras, y no sé cuantos calificativos más le puso el presidente de la Liga a las sanciones que deben caberle tanto a Ferroviario como a Mandiyú por lo acontecido el domingo. Pero que sería ello, unas fechas de suspensión para algunos y nada más, con eso no alcanza.

MANDIYÚ GANABA 1 A 0 Y FESTEJÓ PERO DEBE DEFINIR EL TRIBUNAL DE PENAS.

Con el paso de los días las aguas no se calman, el río sigue agitado y las versiones de una parte y otras, como también sólo de aquellos que están muy cerca de lo que es el fútbol nuestro de cada día, no terminan de darle un corte al bochorno nacional que fue la final que se "jugó" el domingo en el estadio de Huracán Corrientes. En el que en un principio se buscaba un campeón y al final fue una "cacería de brujas", con gente gritando e incitando a los jugadores a tener que matar a alguien, ¿por qué? Porque no le dieron un supuesto penal o por el sólo hecho de que haya sangre para ver quién es más macho.

Es comprensible que todos arrastramos nuestra mochila y con ella nuestros problemas, todos los tenemos, quizás la pandemia o la situación económica que nos toca vivir pueda ser el motivo por el cual estamos así, irritados, sacados, pero no podemos andar pidiendo muerte por un simple partido de fútbol. Basta de esta barbarie, no es la primera vez que nuestra alicaída competencia de entre casa vive una situación como esta, por ello es que se debe considerar, y muy seriamente, que si se tiene que parar la pelota esta vez sea para replantearse que así no se puede seguir jugando.

La situación que se vivió el domingo es la gota que rebalsó el vaso, y quienes manejan -al margen está mi pensamiento de que si estas personas deben seguir ocupando los cargos que tienen- la Liga Correntina de Fútbol, acompañados de "los calienta silla" que lo único que saben hacer es levantar la mano para apoyar la moción que llega desde arriba, deberán replantearse muchas cosas, tiene que ser algo así como barajar y dar de nuevo, sinceramiento total de qué queremos para nuestro fútbol, este de hoy puede ser cómodo para los intereses de alguno, pero así vamos a seguir en el camino de la medriocridad, propongan, piensen en la forma de jugar torneos más serios y tengan un interés para los clubes y que ello además vuelva a convocar a la gente a la cancha cada fin de semana, y no una vez al año cuando se juega una final.

Ahora bien, cómo debe terminar lo acontecido el domingo en cancha de Huracán: ¿hay que darle el título de campeón a Mandiyú porque fue el ganador en los 90 minutos? Lo primero que van a decir los allegados al "albo" es qué tenemos que ver nosotros con lo sucedido si fueron ellos (por los de Ferroviario) los que generaron toda la bataola.

Puede ser, es cierto, fue Ferro el que pidió un penal y desató el caos, pero hay que mirar el todo, fueron hinchas de Mandiyú los que ingresaron al campo de juego y pedían muerte. ¿Muerte a quién? Al árbitro para que este no cambie su decisión y que el partido prosiga. Muerte a un rival ocasional, porque convengamos una cosa, y sequémonos la careta, estos muchachos que ocasionalmente eran rivales el domingo, están jugando casi a diario partidos de barrio y terminan con unos buenos vinos encima como viejos amigos o conocidos que son.

Entonces en qué quedamos, Mandiyú es el campeón. Desde mi óptica el título debería quedar acéfalo, y como me decía ayer un dirigente de un club importante del medio, "yo le daría a Rivadavia y Alianza que sean los que jueguen por el título".

Esto podría ser una sanción ejemplificadora, que va más allá de lo que expresó Kordylas a otro medio. "El partido está suspendido faltando cuatro minutos, según lo que me manifestó el árbitro. Supongo que el campeón va a ser Mandiyú. Como dirigente voy pedir sanciones duras para mi club y para el adversario", dijo.

Kordylas se va a autocastigar, pero esa no es la solución, no alcanza con el autocastigo, es hora de tomar medidas más drásticas que hagan doler, y si su club está de por medio no tiene que importar, si es que realmente de una buen vez se pretende cambiar la historia.

Desde mi punto de vista, no comparto lo que me decía este dirigente de organizar una nueva final para que jueguen Rivadavia y Alianza, si compartiría una sanción, importante para los clubes Ferroviario y Mandiyú como también para aquellos jugadores y miembros del cuerpo técnico involucrados en la cuestión.

FERROVIARIO PERDÍA, PROTESTÓ AL ÁRBITRO Y SE DESATÓ LA BATALLA CAMPAL.

Señor Kordylas, usted sabe, usted los conoce, usted vio de cerca todo lo sucedido y puede dar nombres de cada uno de los que generaron este vergonzoso espectáculo, para ellos debería caberle la máxima sanción que sería de que por vida no pisen más una cancha.

Señor Kordylas, con el mayor de los respeto, llegó la hora de poner fin a esto, ya no puede seguir apañando y tapando cosas como estas, llegó el momento de decirle basta a ese grupo que usted muy bien conoce, darle las gracias por los servicios prestados y aquí termina la cosa.

Señor Kordylas, otro humilde pedido de mi parte, este torneo debe quedar acéfalo, guarde el trofeo y todo lo otro que preparó para lo que tenía que ser una fiesta, pero los mismos encargados de brindarla se encargaron de arruinarla, entonces ninguno es merecedor de premio alguno.

Por último señor Kordylas, desde mi modesto punto de vista y como un fervoroso defensor del fútbol de entrecasa, del que mamo desde hace más de 40 años con la profesión que llevo, le pido que por una vez convoque a una sesión de sinceramiento de todas las partes, que cada uno por un momento se saque la camiseta y exponga qué sería lo mejor para lo que viene, y si alguno no está de acuerdo, es simple, que dé un paso al costado, pero busquémosle el cambio para recuperar lo perdido.

Usted tiene la última palabra.