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Sonsoles Romero Noya

Especial para época

¿UTILIZÓ TECNOLOGÍA PARA PINTAR SUS CUADROS?

El enigma detrás de las obras de Vermeer

“LA LECHERA”, JOHANNES VERMEER, 1670-71. UNO DE LAS OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS DE SU AMBICIÓN POR EL DETALLE Y LA LUMINOSIDAD.

Un día como hoy, hace exactamente 389 años, bautizaban a uno de los pintores más destacados de la historia del arte: Johannes Vermeer. El documento de su bautismo es una de las pocas evidencias escritas que se han hallado del gran maestro, por lo que se conmemora esa fecha como el día de su natalicio. Pero el cuándo nació, no sería el único enigma que envuelve la vida del pintor de "La muchacha del collar de perlas". Un documental llamado "El Vermeer de Tim", realizado por el inventor Tim Jenison, descubre un posible secreto del artista neerlandés: es muy probable que se haya adelantado 150 años a la invención de la cámara fotográfica, apoyándose en la utilización de lentes y la fabricación de herramientas con espejos, para poder alcanzar el inigualable realismo detallista que contenían sus obras en el año 1600.

“LA LECCIÓN DE MÚSICA”, JOHANNES VERMEER, 1660.

"El Vermeer de Tim"

Tim Jenison no es un artista, sin embargo, cuenta con dos Emmys por su inmenso talento vinculado a la colorimetría en video digital y generación de imágenes en 3D. Este inventor oriundo de Texas estaba obsesionado con el realismo de Johannes Vermeer en sus obras, por lo que decide ir tras los pasos de la tecnología del siglo XV para inventar un sistema con el que, él cree, es la única manera mediante la cual Vermeer haya podido alcanzar ese singular nivel de detalle y luminancia, que distaba mucho de los pintores de su época.

En el año 2013 filma un documental, "El Vermeer de Tim", en el que decide recrear la pintura "La lección de música" utilizando un invento que él mismo construye a base de espejos, y una lente que permitiría resaltar el brillo de una escena de una manera que resulta imposible para el ojo humano.

En dicho film, desarrolla de manera pragmática la hipótesis de que Vermeer utilizaba un sistema de cámara oscura: una habitación completamente a oscuras con un pequeño hoyo por donde ingresan los rayos de luz, generando una proyección invertida de lo que se hallase afuera. Básicamente una réplica del funcionamiento del ojo humano.

No era ninguna novedad que se utilizasen cámaras oscuras en ese entonces, ya que existían desde hace tiempo. Pero la imagen que se proyecta con ellas, nunca era tan nítida, como los cuadros de Vermeer. Al menos que le agreguemos una lente.

Las lentes ya existían asimismo en esa época, sin embargo, no existen documentos que prueben que se hayan utilizado para realizar cuadros. Quizás porque trabajar de esta manera era considerado hacer "trampa", y no estaba bien visto apoyarse en recursos tecnológicos en lugar de pintar "alla prima", es decir, aplicando el óleo directamente sobre el lienzo pintando lo que se percibía con los sentidos.

TIM JENISON Y EL ARTEFACTO QUE CONSTRUYÓ PARA EMULAR LA POSIBLE TÉCNICA UTILIZADA POR VERMEER.

Sin embargo, entre la evidencia encontrada en "La lección de música", se aprecian: una ligera aberración cromática, propia de las lentes, pintada en los bordes del vestido de la pianista; algunos puntillismos o lo que comúnmente llamamos "bokeh" en léxico fotográfico, que son puntos de luz captados con cierto difumino por las cámaras de fotos; el brillo en general de la obra, que responde a niveles tan precisos que otorgaría sólo una lente, ya que son imperceptibles para el ojo humano; algunas zonas del cuadro que fueron pintadas fuera de foco, y coinciden con las zonas que dejaría fuera de foco una lente; y en especial, el instrumento que está mirando hacia el frente genera una línea recta horizontal, pero contiene un detallado e intrincado motivo de caballitos de mar, que en lugar de ser recto como el mobiliario, forma una leve curvatura que coincide con la que arrojaría la lente. Se pudiese pensar que la línea recta del instrumento fue forzada para que no quedase curva y no exponga la tecnología supuestamente aplicada.

Sumado a esto, cabe destacar que en ese entonces era moneda corriente que los pintores documentasen desde cómo alcanzaban ciertas mezclas de colores, fórmulas y descubrimientos. Estamos hablando del año 1600. También era algo casi inherente al proceso de pintar el trazar líneas guías para la composición de la obra. Pero Vermeer no cumplió con ninguna de estas expectativas: no dejó ningún documento escrito, y al examinar su obra con rayos X, no se hallaron líneas de composición.

Vermeer no dejó documentos, eso es cierto. Pero las obras también son documentos. Allí está todo. Estamos acostumbrados, debido a la cultura literaria, a que los documentos deben ser escritos. Pero podemos extraer mucha información de cualquier obra de arte, y hay mucha documentación en cada obra de Vermeer.

Así como no tenemos la certeza de cuándo nació, tampoco la tenemos acerca de si utilizó esta tecnología o no para pintar este cuadro. Pero de haberlo hecho, lo interesante es que lo convertiría en una suerte de "fotógrafo al óleo". Un brillante pintor, que fusionó ambas artes, antes de que exista inclusive una de ellas.