Las otras epidemias que asolaron Corrientes y pocos recuerdan

La expansión pandémica de un nuevo tipo de coronavirus (SARS-Cov2) desde China, a finales de 2019, hacia los lugares más recónditos del planeta, como un paraje en San Cosme, son uno de los hechos que no paran de generar asombro y temor ante la posibilidad latente de que se repliquen las consecuencias fatales de otros países. Sin embargo, no es la primera vez que el sistema de Salud y la sociedad correntina se someten aprueba de una enfermedad altamente contagiosa. Los registros más acabados establecen cuatro episodios similares en un período anterior de más de 100 años. Aislamiento preventivo, éxodos masivos y falta de conocimiento entre denominadores comunes entre situaciones al límite.
El vómito negro y la Guerra del Paraguay Argentina sufrió una gran epidemia de fiebre amarilla 1871 como consecuencia que tuvo su origen en Río de Janeiro (Brasil) y de los buques que llegaban a los puertos con enfermos y mosquitos. Sólo en Ciudad de Buenos Aires, la enfermedad se cobró 14 mil vidas. El primer caso de fiebre amarilla en el país fue diagnostica en Corrientes el 14 de diciembre de 1870. Ángel Yankilevich en el libro Historia de las Organizaciones de Socorro precisó que más de la mitad de la población, que según el censo de 1869 era de 11.218 habitantes, desertó. Corrientes se transformó así en una ciudad abandonada. "De las autoridades sólo quedaba el Gobernador delegado Pedro Igarzabal y un empleado, el resto había huido o se debatía entre la vida y la muerte", agregó la fuente.

La ausencia de autoridad y de medidas de orden público determinó que un grupo de vecinos se constituyeran en Comisión Central de Salud Pública y que tomaran en sus manos las riendas administrativas y sanitarias con facultades extraordinarias. El historiador bellavistense Federico Palma (1912-1985) detalló que las muertes alcanzaron las 2.000 en Corrientes. Entre las víctimas se encontraba el doctor José Ramón Vidal, quien fue diputado provincial, vicegobernador y murió en contacto con los pacientes. Antes, ya había contribuido en la epidemia de cólera. "La ubicación geográfica de Corrientes favoreció a dos grandes epidemias en el siglo XIX: la fiebre amarilla y el cólera. Ambas estuvieron vinculadas a la Guerra del Paraguay (1864-1870)", sostuvo, por su parte, Dardo Ramírez Brachi, historiador local. El cólera apareció por primera vez en el campamento aliado de Tuyutí (Norte de Paraguay) el 26 de marzo de 1867 sin saberse bien si su origen era el haber sido llevado por un barco desde Brasil hasta Corrientes; o si por el contrario, se debe a que un barco zarpado en Río de Janeiro desembarcó un paciente en Itapirú, donde se contagiaron las tropas brasileñas y luego las argentinas. La difusión del mal fue rápida e hizo colapsar las posibilidades de asistencia sanitaria. Los decesos entre las tropas aliadas habrían superado los 4.500 en la zona de El Litoral, precisan Abel Agüero y Marcos Isolabella en el artículo de 2018 "El Cólera en la Argentina durante el Siglo XIX" en la Revista Argentina de Salud Pública.

Los ratones y las pequitas El director del Archivo General de la Provincia y doctor en Historia, Enrique Deniri, recordó a época el brote de viruela que se originó en Saladas, a 98 kilómetros de Capital, entre diciembre de 1909 y febrero 1910. "Los diarios locales se preocuparon por llevar cuenta de los enfermos y recuperados", señaló como evidencia de la trascendencia que tomó en su momento. La llegada de la peste bubónica en cargueros al puerto hacia mediados de 1910, fue la otra enfermedad que causó gran conmoción en Corrientes. "Los ciudadanos que tenían los recursos para abandonar la ciudad lo hacían. Uno de ellos fue el primer rector del Colegio Nacional Patricio Fitz Simon que falleció camino a Empedrado a causa de la peste, deslizó el historiador. Una de las figuras de la época fue Pedro Benjamín Serrano, reconocido profesor, periodista y escritor que redactó guías en 1901, 1905 y 1910 con descripciones geográficas de la provincia, monografías vinculadas a personajes de la literatura local, y una agenda detallada con los especialistas de distintas disciplinas. Falleció el 15 de noviembre de 1910, algunos registros indican que se contagió tratando de llevar alimentos a enfermos que viajaban en barcos de paso por el Puerto de Corrientes. "Su casa fue cubierta con chapas en puertas y ventanas. Además se aisló la cuadra en la que vivía", sostuvo Deniri. Si bien, el historiador no pudo dar con el número total de víctimas que dejaron ambas enfermedades, remarcó que fueron las más importantes del siglo