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"Cambiar la alimentación fue clave para prolongar mi carrera"

El capitán de Regatas Corrientes, Paolo Quinteros, brindó una charla virtual para los seguidores del club Ameghino de Córdoba. Repasó sus inicios, las anécdotas de su formidable carrera y las modificaciones en su dieta, que aplicó para seguir vigente a los 41 años.

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Pa­o­lo Quin­te­ros, ca­pi­tán de Re­ga­tas Co­rrien­tes, par­ti­ci­pó de una char­la vir­tual or­ga­ni­za­da por el club Ame­ghi­no de Vi­lla Ma­ría (Cór­do­ba). El es­col­ta en­tre­rria­no for­mó par­te de es­ta ini­cia­ti­va pa­ra brin­dar sus co­no­ci­mien­tos a ni­ños, ado­les­cen­tes y fa­ná­ti­cos de to­das las eda­des que es­cu­cha­ron la trans­mi­sión on­li­ne. En­tre di­fe­ren­tes te­mas, el re­fe­ren­te del "re­me­ro" re­pa­só su ca­rre­ra co­mo pro­fe­sio­nal, las vic­to­rias, de­rro­tas, y por so­bre to­das las co­sas su lu­cha pa­ra lle­gar a ser un his­tó­ri­co de la Li­ga Na­cio­nal de Bás­quet­bol. El na­ci­do en Co­lón abrió la char­la re­la­tan­do: "Em­pe­cé a ju­gar a los seis años en mi ciu­dad, en un club de ba­rrio. Es­ta­ba to­do el día pi­can­do la pe­lo­ta. De ahí pa­sé a ju­gar el TNA en La Unión de Co­lón, aun­que te­nía ofer­tas en equi­pos de Li­ga A, no que­ría es­qui­var nin­gún es­ca­lón". Con res­pec­to a sus pri­me­ros pa­sos en el de­por­te, sen­ten­ció: "Des­de muy chi­co ju­ga­ba al fút­bol y tam­bién al bás­quet, pe­ro de un mo­men­to a otro ele­gí, y ‘la na­ran­ja’ era al­go que me apa­sio­na­ba. Es­ta­ba to­do el día en el club, re­cuer­do que me te­ní­an que echar los pro­fes, por­que lle­ga­ba un mo­men­to en el que ya mo­les­ta­ba a los chi­cos, a to­do el mun­do".

De pro­me­sa a re­ve­la­ción Pa­ra Pa­o­lo, el sal­to a la A no pu­do ha­ber si­do me­jor, y así des­cri­bió su lle­ga­da a Ola­va­rrí­a: "Ser­gio Her­nán­dez fue quien me lle­vó pa­ra Es­tu­dian­tes, el pri­mer año mío fue tre­men­do, sa­li­mos cam­pe­o­nes de la Li­ga, el Tor­neo Pa­na­me­ri­ca­no, Li­ga Su­da­me­ri­ca­na y Co­pa de cam­pe­o­nes, fue­ron cua­tro tí­tu­los en mi año de de­but. Fui ele­gi­do ju­ga­dor re­ve­la­ción". Aun­que ga­nó to­do, el es­col­ta de­jó una gran en­se­ñan­za: "Tu­ve que sa­cri­fi­car­me mu­cho, me acuer­do cuan­do lle­gué al equi­po, ha­bía ju­ga­do­res tre­men­dos que cuan­do los mi­ra­ba, me de­cí­a: có­mo voy a ju­gar en es­te equi­po. Yo ve­nía de una ca­te­go­ría in­fe­rior, ju­gar en la ‘A‘ con esos mons­truos era un ob­je­ti­vo. En ca­da en­tre­na­mien­to, le mos­tra­ba a Ser­gio Her­nán­dez que me sen­tía ca­paz, y así me fui ga­nan­do su con­fian­za y la de mis com­pa­ñe­ros; me abrie­ron las puer­tas y no lo de­sa­pro­ve­ché".

La ex­pe­rien­cia eu­ro­pea Quin­te­ros tam­bién pro­fun­di­zó so­bre su pa­so por el vie­jo con­ti­nen­te: "En Eu­ro­pa ju­gué en Le­ón, don­de tu­vi­mos una gran cam­pa­ña, lo­gra­mos as­cen­der y, por pro­ble­mas di­ri­gen­cia­les, no pu­de ju­gar en ACB y fui al Za­ra­go­za. Pa­sé cua­tro años en los cua­les com­par­tí equi­po con Ma­tí­as Lez­ca­no y Lu­cas Vic­to­ria­no. Lo­gra­mos un as­cen­so". Tras su eta­pa en Es­pa­ña, el es­col­ta re­gre­só a nues­tro pa­ís pa­ra ha­cer pie en Co­rrien­tes, don­de ha­ce nue­ve años de­fien­de la ca­mi­se­ta de Re­ga­tas: "Nun­ca pen­sé que iba a du­rar tan­to tiem­po en un Club. Re­ga­tas es mi se­gun­da ca­sa, es­toy muy có­mo­do en Co­rrien­tes, y acá si­go".

Mo­di­fi­ca­ción de há­bi­tos Pa­ra el ca­pi­tán del Re­me­ro, su sa­lud dio un cam­bio de 180 gra­dos des­de el mo­men­to en el que de­ci­dió, jun­to a otros com­pa­ñe­ros, re­a­li­zar una die­ta ali­men­ti­cia: "Cuan­do vol­ví de Es­pa­ña, cre­ía que iba a ju­gar has­ta los 35 o 36. Jus­to en ese mo­men­to, em­pe­za­mos a cam­biar la for­ma de ali­men­tar­nos, vi­mos que a ca­da uno nos iba muy bien y nues­tro fí­si­co fue cam­bian­do". Quin­te­ros re­co­no­ció que le cos­tó de­jar al­gu­nos há­bi­tos: "E­ra un en­fer­mo de co­mer pan, de­jar eso fue tre­men­do, la le­che, de­jar el azú­car. Fue un cam­bio muy gran­de, pe­ro cuan­do ves los re­sul­ta­dos, no que­rés de­jar de ha­cer­lo. Es­to me sir­vió pa­ra pro­lon­gar mi ca­rre­ra, es muy im­por­tan­te sen­tir­te bien, no te­ner in­con­ve­nien­tes es muy lin­do. Ha­ce un año atrás, de­cía que iba a ir año a año, y hoy pue­do de­cir que me en­cuen­tro muy bien y voy a ju­gar un año más".

Lo­gros con la "ce­les­te y blan­ca" Con re­la­ción a su eta­pa do­ra­da con la Se­lec­ción, Quin­te­ros men­cio­nó: "Sa­bía que era muy di­fí­cil en­trar al gru­po de la Ge­ne­ra­ción Do­ra­da. Tu­ve la ma­la y la bue­na suer­te de que Ma­nu Gi­nó­bi­li y Car­los Del­fi­no eran com­pe­ti­do­res de mi pues­to. Así y to­do, lu­ché pa­ra ga­nar­me un lu­gar y lo con­se­guí. Pu­de ju­gar unas Olim­pia­das, ga­nar una me­da­lla de bron­ce, ju­gué un mun­dial y un pre­o­lím­pi­co en Mar del Pla­ta. La Se­lec­ción fue un ca­mi­no du­ro, pe­ro sa­bía que si tra­ba­ja­ba, me iba a lle­gar". En ese pun­to, el ca­pi­tán del "Fan­tas­ma" sos­tu­vo que fue in­jus­to que no lo con­vo­ca­ron pa­ra los Jue­gos Olím­pi­cos de Lon­dres 2012: "Yo me ha­bía pre­pa­ra­do mu­chí­si­mo pa­ra ese cer­ta­men por­que ya lo, ha­bía vi­vi­do y lo que­ría vol­ver a vi­vir. Ese año, en Re­ga­tas, lo­gra­mos la Li­ga Su­da­me­ri­ca­na, Sú­per 8 y ga­na­mos la Li­ga Na­cio­nal de los tres tor­ne­os; yo fui ele­gi­do el me­jor ju­ga­dor, por eso me dio bron­ca no ha­ber po­di­do es­tar en Lon­dres. Ha­bía mos­tra­do que es­ta­ba ca­pa­ci­ta­do, fue un año muy ago­ta­dor pa­ra mí".