Redes, gimnasios y lazo social en cuarentena
Juan Francisco Pérez Ferro (*)
Colaboración
Evidentemente han evolucionado al son de la posmodernidad y de acuerdo a las nuevas demandas de una sociedad que busca el bienestar y que trata de restituir algo del orden de lo comunitario en tiempos individualistas. A muchos de estos centros la palabra fitness les queda corta. Tal ha sido su avance que hoy son más bien centros de wellness. Se han vuelto ámbitos donde se estimula la salud más allá de la estética. Es que está cada vez más arraigada la convicción de que la activación física continua, acompañada por un régimen alimenticio saludable, son las mejores formas de prevenir enfermedades, de tratar diversos malestares y de generar un equilibrio físico y emocional en la persona. Hoy el COVID-19 y la cuarentena han puesto la vida cotidiana en stand-by y los gimnasios han comprendido, como pocos, la importancia de la presencia durante los tiempos de guardado. Sea cual sea tu circunstancia, con seguridad te planteaste la idea de realizar alguna forma de actividad física en casa, pero no ya por una pretensión estética o de desarrollo físico, sino por una necesidad emocional. La ansiedad derivada del encierro compulsivo llevó a la gran mayoría de las personas a vehiculizar la angustia a través de dos vías: el consumo (de productos o contenidos) y el ejercicio. Los gimnasios, posiblemente sin percibir cabalmente esta necesidad, pero en el afán de servir y acompañar con lo que podían y sabían, salieron a ofrecer masiva y diariamente servicios online gratuitos de todo tipo (rutinas por WhatsApp, videos con diversas formas de entrenamiento, clases en vivo, desafíos, etc.).

- Sin darse cuenta y posiblemente sin pretenderlo, estas entidades cumplen hoy una función social notable, que las asemeja a los viejos clubes de barrio, en los que la cercanía y el acompañamiento eran puestos por encima de lo monetario. Estos centros de wellness permanentemente producen contenido a través de las redes sociales para que sus alumnos (y todos los que deseen entrenar de hecho, ya que éstos usualmente son abiertos al público general) puedan disfrutar de un breve tiempo de esfuerzo reglado y acompañado, que genera efectos positivos a diversos niveles. Queda al descubierto la importancia del papel de estas entidades como continentes del humor social a través de las redes sociales. Y nada de esto es mínimo. Parafraseando a Mirna Restruccia, el COVID-19 y la cuarentena general consecuente implican una abrupta ruptura en la historia colectiva, e individual, que produce un quiebre, tanto en el devenir de la sociedad, como en el de cada individuo, generando un fuerte impacto en la subjetividad. He aquí la esencial función de todas estas propuestas que apuntan al restablecimiento del lazo social, la función de contención y sostén. El acompañamiento que realizan se torna fundamental para sobrellevar estos momentos. El acontecimiento traumático sorprende al sujeto, al modo del desamparo, sobreviniendo angustias y ansiedades que solo pueden calmarse con manos que se tienden. Los gimnasios, sin saberlo, han obrado bajo los términos que la psiquiatría del frente establece en tiempos de crisis, poniendo el cuerpo en juego al servicio de quien padece, convirtiéndose en ese otro tan necesario del lazo social, restituyendo en el hacer y la presencia el sentido primero de la existencia humana, la comunidad.
(*) Lic. En PsicologíaMP 244
Coronavirus: ¿cómo fortalecer toda la familia el sistema inmunológico?
Daniela Natale (*)
En estos momentos de incertidumbre tenemos las emociones a flor de piel y nos invade la ansiedad. Esto es normal por la situación que estamos viviendo de estar encerrados todo el día conviviendo con la familia y los hijos, algo que no es fácil. Tampoco es fácil estar solo todo el día sin tener contacto con nadie, por eso es importante mantener algunas rutinas o tips para que comer no sea la única opción viable. Consejos: mantener una conexión fluida con la familia a diario con abuelos, padres, tíos; que los chicos llamen también y participen de la comunicación puede alegrar a muchos abuelos. En momentos de estrés, hacer alguna actividad que nos guste como leer, pintar, realizar actividades que nos relajen. Hacer ejercicio regularmente, dormir en los horarios habituales y comer saludable. No es el momento para pensar en el peso, en si voy a subir o bajar algunos kilos, pero sí es necesario mantener hábitos saludables, no canalizar lo que nos pasa con comida y evitar tener disponibles cosas muy calóricas, eso sumado a hacer alguna actividad todos los días va a ser que podamos mantener el peso lo más estable posible.
Recomendaciones para los más chicos
Los pequeños también pueden tener cuadros de ansiedad que hay que vigilar y controlar. Algunas cosas a tener en cuanta con los niños en esta situación de encierro: • Mantener siempre una escucha activa y actitud de comprensión, sin quitar importancia a sus preocupaciones. • Es necesario crear rutinas, lo más parecido a sus días habituales, para que la cabeza también se adapte a la nueva situación. • Muy importante: establecer horarios de sueño, comidas, estudio, juegos. También que se bañen todos los días y se vistan con ropa cómoda para evitar que estén en pijama. • Lo ideal es que los padres busquen actividades que estimulen la creatividad de los más pequeños.
Sin embargo, el teletrabajo, la falta de materiales no siempre permiten estar creando nuevos juegos todo el tiempo, por lo que está bien ser flexibles y no sentirse culpables si ven la televisión más de lo habitual. Es lo normal en esta situación. Ejercicio físico, aunque sea en casa. La energía de los más pequeños siempre es un problema de canalizar en espacios pequeños. Hacer cualquier tipo de actividad física en familia dentro de las posibilidades como coreografías, saltar, actividades de "mindfulness" o relajación para niños- Ser flexibles, pero no tanto está muy bien. Darles algunas golosinas de vez en cuando pero que esto no sea a diario ni se genere como hábito. Ideal mantener una alimentación saludable toda la familia y seguir fomentando el consumo de frutas y verduras. Aunque hay que entender la situación y no volvernos locos. ¿Cómo mantener toda la familia el sistema inmunológico sano? En plena emergencia lo más importante es seguir una dieta que tenga frutas, verduras, cereales integrales, un consumo semanal de carnes y pescado, preferentemente más pescado, y legumbres en todas sus variedades. Consumir a diario lácteos (en forma de quesos, yogures y leche) y si es viable, incorporar a diario frutos secos, semillas, palta, aceite de oliva que son buenas grasas. Estar bien nutrido es sinónimo de salud. Una persona con hábitos saludables va a estar protegido contra virus. El problema está en los grupos vulnerables, los adultos mayores o personas que ya tenga de base alguna enfermedad crónica. Hoy sabemos que el coronavirus afecta a pacientes con enfermedades de base. Las personas con hipertensión, obesidad, diabetes y patologías cardiovasculares tienden a tener una respuesta inmune deficitaria. Al tener las defensas comprometidas se hace más probable que se desarrolle una neumonía grave. La respuesta del cuerpo ante las infecciones, así como la capacidad de recuperación, están directamente relacionadas con el estado nutricional de las personas.
Licenciada (*) (MN 7424) Nutricionista, diplomatura en obesidad.