Día 56 en Wuhan y no hay nuevos contagios

-- Hace una semana, China dio por ganada su batalla contra el coronavirus. Estos últimos días, los sistemas de propaganda del Partido Comunista han lanzado multitud de mensajes al mundo, queriendo mostrar cómo el cierre de ciudades y las cuarentenas masivas han funcionado. Ayer, por primera vez desde que comenzó el brote, en el epicentro, en Wuhan, y en su provincia, Hubei, no se reportó ayer ninguna nueva infección local. Es lo que aseguró la pasada madrugada la Comisión Nacional de Sanidad. "Sin nuevos casos en Wuhan, China continental redujo el miércoles el aumento de las transmisiones nacionales a cero", dice un comunicado publicado por la agencia estatal Xinhua. Ahora, tres meses después, el gigante asiático está intentando recuperar cierta normalidad. Poco a poco. Algunas ciudades de la provincia de Hubei, cerrada desde hace más de 56 días, empiezan a abrir. En el resto del país, en urbes como Pekín o Shanghai, la gente ya ha vuelto a retomar el trabajo en las oficinas y algunos comercios y restaurantes se están animando a abrir. Pero la preocupación de China ahora reside en otro foco: los casos importados de otras naciones afectadas por el virus. Un efecto boomerang. Es decir, extranjeros o chinos residentes en otros países que traen en la maleta el COVID-19. Incluso desde España. Ayer se dieron 34 nuevos casos importados. La mayoría en Pekín.