De Imaguaré y Paquito Aranda, exponentes fundadores de la Fiesta

La séptima luna tuvo como protagonistas a De Imaguaré, Paquito Aranda, Opus 4 y Nendivé de Paraguay. En la madrugada del jueves, con una ovación, De Imaguaré fue recibido por el público que lo esperó pacientemente, puesto que presentarían un espectáculo inolvidable, como en otras tantas ediciones. Familias, grupos de amigos y parejas llegaron al Cocomarola. Y escucharon atentamente a Julio Cáceres en cada palabra. Muchos alzaban los brazos para mostrar sus vasos y sonreían al saber que se avecinaban los versos o estribillos que ya conocían. Julio comenzó la actuación de De Imaguaré recitando "Chamamecero", con fondo de "Paraje Bandera Bajada". Le siguió "La Kaú", y rindieron honores a la Virgencita de Caá Cupé y a la de Itatí con "Peregrino de Esperanza". Siguieron algunos versos dedicados a Cambá Abel con "Sangre Esquivel". No podrían bajarse del escenario sin haber entonado "Nuestra Esperanza", y "Avío del Alma". Todos los "compadres" presentes en el Anfiteatro subieron su vaso para brindar desde sus lugares con Julio, al hablar de los efectos de veridicción del vino. Un punto aparte fue el homenaje que realizaron por la partida de Ricardo Tito Gómez, cuyo fallecimiento ocurriera hace poco tiempo, en ese momento, el líder del grupo chamamecero enunció versos sentidos. Continuaron con "Para Volver a soñar", "Neike Chamigo", y "Niña del Ñangapirí", para cerrar con "Nuestros sueños y la Distancia".

--- La actuación de Paquito Aranda, como la de los demás artistas, fue bendecida por la fresca. Músico que no se destaca por su elocuencia, pero sí por su virtuosismo a la hora de hacer sonar el bandoneón, además de hacer vibrar al público con su clásico repertorio, sumó un tema que casi no fue ensayado: "Cuidalá, Cuidalá", de Pimpinela", comentó luego a la prensa. Recibió en su paso por el Sosa Cordero un reconocimiento, con él, conmemoraron que fue uno de los artistas que actuó en la primera edición del Festival del Chamamé. Aunque parezca un dato menor, relató que para dedicarse a la música, tuvo que trabajar durante mucho tiempo y prácticamente sin descanso, para poder comprar el bandoneón que hasta el día de hoy lo acompaña, durante estos 58 años de carrera.