En Boca, una previa complicada; en River, optan por el silencio
Luego de la derrota ante Racing, la Bombonera fue un hervidero. En el "mundo millonario", en tanto, se ponderó el empate con Arsenal y Marcelo Gallardo levantó la conferencia de prensa y recién mañana hablará del clásico definitorio por la Copa Libertadores.

-- El entrenador de River, mantuvo el silencio luego del empate 3-3 con Arsenal en Sarandí, postergó la conferencia de prensa hasta mañana y cumplió con su objetivo de mantener el perfil bajo previo al superclásico decisivo del martes ante Boca por la semifinal de Copa Libertadores. Mientras Boca vivió una noche muy complicada con derrota ante Racing incluida, Gallardo estirará al máximo sus referencias al partido ya que el propio "Muñeco" había adelantado que no hablaría del clásico hasta que pase el partido frente a Arsenal por Superliga. El argumento fue que la zona mixta en el estadio de Arsenal no daba las condiciones para brindar la conferencia de prensa, pero en realidad esta situación le permitió a Gallardo cumplir con su gran objetivo que es "no hacer ruido" de declaraciones antes del decisivo cruce del martes. El silencio también fue extensivo a los jugadores, con las únicas excepciones de las palabras de ocasión de Matías Suárez y el colombiano Juan Fernando Quintero en el campo de juego para la TV. El silencio ya es una cuestión de estado en el "mundo millonario".
La otra cara de la moneda Boca perdió el invicto pero no la punta, ahora compartida con Argentinos Juniors. Cayó con Racing por 1 a 0 y llega con incertidumbre el partido con River. Gustavo Alfaro, en conferencia de prensa, puso paños fríos a la situación y piensa en el martes. El entrenador de Boca, en el balance del partido y como tuvo que jugar, expresó: "Es una pena que haya tocado un clásico cuando en el horizonte se juega el partido más importante del año. No pudimos reforzar las líneas como quisimos y es lógico el resultado". En cuanto al plantel y las recuperaciones, el DT contó: "Nos faltó lograr finalizar las jugadas. Creo que el regreso de Salvio, la recuperación de Wanchope y la presencia de Tévez serán claves para que nos den presencia y jerarquía". Por último, y haciendo en referencia a la evaluación de su gestión, opinó: "Son partes de las reglas de juego, acá en un momento discutieron a Bianchi, por ende a los mortales nos cabe cualquiera. Este es un país exitista, por eso nos va cómo nos va".
Cruce en la platea La tensión en Boca cada vez se profundiza más. Perdió ante Racing con un equipo alternativo. Algunos plateístas quisieron irse antes y no le gustó a la dirigencia y hubo reproches cruzados. El "xeneize" ya tuvo un conflicto parecido el 17 de febrero pasado en el encuentro ante Lanús, en el que incluso intervinieron quince barras en plena platea baja. En aquella ocasión, socios del club expresaron disconformidad con cánticos contra los dirigentes y especialmente apuntando a Angelici y hubo una orden a la barra para callarlos. Este hecho que surgió el viernes por la noche fue entre un socio y Carlos Aguas, secretario General del club. Es quien tomó el lugar de Christian Gribaudo, que tuvo que bajarse para poder presentarse en campaña como candidato oficialista.
El grito deguerra de la hinchada
El equipo de Gustavo Alfaro jugó mal y perdió con Racing en La Bombonera. Durante y tras el cierre del encuentro, los fanáticos advirtieron a sus jugadores de cara al choque con River, en el cual se define mucho más que un pase a la final de la Copa Libertadores. Boca perdió ante Racing en La Bombonera. Con la derrota, dejó su invicto en el camino, cortó una racha de 15 partidos sin caer en Superliga y la Academia se puso a dos puntos. No obstante, todo el "mundo xeneize" tiene claro que el foco es otro: River, River y River. La hinchada, durante y tras el final del partido con el equipo de Eduardo Coudet, lo dejó claro con el cántico "yo quiero la Libertadores", en señal de proyección y de pensar más allá del "millonario", contra el cual Boca espera lograr una remontada que pase a la historia y que ponga fin a tantos años de tropiezos contra los comandados por Marcelo Gallardo. Más allá del deseo, otro cántico bajó desde las tribunas de La Bombonera a modo de advertencia: "A ver si los jugadores pueden oír, con la camiseta de Boca matar o morir", avisaron los simpatizantes de cara al encuentro con River. El partido, claro está, define mucho más que un pase a la final de la Libertadores. En Boca, una derrota en el global (y una eliminación) podría quitarle el prestigio acumulado a Gustavo Alfaro, Nicolás Burdisso (él mismo lo reconoció) y ni hablar de lo que afectaría al oficialismo de Daniel Angelici-Christian Gribaudo, que buscan un golpe de timón que logre mejorar los números en las encuestas de cara a las elecciones. Una caída en las semifinales podría significar, en varios sentidos, el final de una era. "Es el partido más importante de mi vida", tiró "Lechuga" Alfaro en la conferencia de prensa tras el encuentro con Racing. El martes a las 21:30, cuando la pelota comience a rodar, se empezará a definir, como nunca antes, el Boca que se viene...